mayo 17, 2001

A la Iglesia de mi país

¿Por qué nunca hemos oído en una Misa en Venezuela a un sacerdote expresar, a nombre de nuestro pueblo, un sincero agradecimiento al Señor por haber bendecido a nuestro país con el petróleo?

De hecho, creo que la para mi inexplicable falta de agradecimiento como Nación por el petróleo, es una de las principales razones de la confusión que reina en nuestro país. Al no haber enseñado que el petróleo es un legado de Dios y que, como tal, debe ser responsablemente administrado, el país ni aprendió a defender como pueblo unido su valor, ni a protestar cuando sus ingresos son desperdiciados o repartidos injustamente por unos pésimos o corruptos administradores.

Por favor, por el bien de sus feligreses venezolanos, consideren dar una Misa de Acción de Gracias al Señor por el petróleo. Quizás así, puedan transmitirle algo sobre la responsabilidad por los talentos, a un pueblo que ni siquiera celebra el día del petróleo y que ha llegado al colmo de atribuirle el petróleo, del cual viven, el ser una mera necesidad fisiológica del diablo.

Amigos, para que la siembra del petróleo sea más que sólo un sueño, debemos comenzarla por el corazón de los venezolanos.

Extracto de un artículo publicado en El Universal el 24 de Mayo de 2001

El Universal