diciembre 30, 2004

¿Ley Taparrabo?

EN UN ARTICULO, que escribí en 1998, me refería al rito de protesta de los Maoríes de Nueva Zelanda, llamado Whakapohane, que simplemente consiste en mostrarle el trasero desnudo a la persona objeto de la pro testa.
No obstante lo primitivo de tal tradición, intuitivamente parece ser un método civilizado y eficiente de protesta. Civilizado, por cuanto no le hace daño a nadie (excepto a aquellos que puedan tener un sentido estético demasiado desarrollado y delicado) y eficiente, porque logra concentrar en un solo gesto una verdadera sanción social.
Decía entonces que ante la frustración por las tantas estupideces, que afectaban a nuestro país, provocaba conformar un grupo de ciudadanos, padres de familia, profesionales, trajeados en flux y corbata, para que saliéramos a whakapohanear a los sinvergüenzas.
Entre los posibles merecedores de una whakaponeada, me recuerdo haber propuesto a los puritanos que se dedicaban a apretar las tuercas de la solvencia financiera de la banca, buscando evitar una crisis, sin importarles para nada las demás funciones de la banca, como la de fomentar el crecimiento económico y distribuir las oportunidades.
Igualmente sugerí que quienes aplaudieron la forma como se privatizó la Cantv, sin darse cuenta que era un truco para cobrar unos impuestos por adelantado, que serían cancelados por bolsillos privados con el pago de tarifas telefónicas exageradas, también se merecían una buena whakapohaneada... por brutos.
Por supuesto opinaba que todo el sistema político económico, sustentado en la centralización de ingresos y en la descentralización de parcelitas de intereses; debería recibir la Madre de todas las whakapohaneadas...
Al mes de mí artículo (no insinúo relación) aparecieron unos jóvenes desnudos y pintados en azul protestando en la Plaza Venezuela y me dije. ¡Ajá, he aquí unos guacapojaneadores criollos!
Hoy pueden haber nuevos motivados. Por ejemplo, quienes participaron en la constituyente, albergando la esperanza de que la nueva Constitución fuese como una ducha que regase de participación comunitaria al país, seguramente deberán tener unas tremendas ganas de whakapojanear al observar cómo la instituyente, volteándola, la está convirtiendo en un embudo.
En vísperas de un año nuevo, puede haber quienes teman que una futura Ley Taparrabo les coarte una vía de expresión. Esperemos que no ocurra, ya que tal ley sí que sería un espectáculo bien feo. ¡Feliz año!

diciembre 16, 2004

Enfermeras bilingües certificadas

LA ENFERMERIA es una de las profesiones cuyo valor relativo está aumentando vertiginosamente como consecuencia de su globalización. Cambios demográficos y un cierto desinterés por la profesión en los países desarrollados dibujan una bonanza para la profesión por lo menos en cuanto a posibilidades de trabajo.
Para quien dude de lo anterior, lo invito a estudiar los programas de inmigración que se ofrecen en el mundo y comparar la dificultad que tiene un economista, un ingeniero, un abogado y un administrador comercial para conseguir visas, aun asesorado por costosos abogados, con la facilidad con la que una enfermera puede conseguirla, ella solita. Es más, ya se conoce de médicos filipinos, que descienden a la enfermería para así lograr acceso a mejores condiciones de trabajo.
Por supuesto hay quienes critican tal evolución con el argumento de la "fuga de cerebros", sosteniendo que sólo permaneciendo en su país puede la enfermera devolverle a la sociedad lo que la sociedad invirtió en ella. ¡Pamplinas! ¿Por qué hemos de alegrarnos cuando unos jugadores de beisbol compatriotas tienen éxito y alcanzan las ligas mayores y al mismo tiempo lamentarnos cuando unas enfermeras obtienen una mejor posibilidad profesional? La fuga de cerebros jamás me ha preocupado, es la fuga de los corazones la que me duele. Siempre que no se olviden de donde vienen y a donde quieren regresar, sólo podemos alegrarnos por el éxito de nuestras compatriotas.
Su éxito aumentaría además nuestras posibilidades locales. Una vez que el país se dé a conocer en el mundo como una fuente de buenas profesionales en la enfermería, más fácil será atraer una clientela internacional para las otras actividades relacionadas, tales como hogares de cuidado para la tercera (y cuarta) edad.
Las universidades tienen ahora el reto de buscar incluir en sus respectivos pensa de estudios de enfermería el aprendizaje de otros idiomas, así como lograr los intercambios académicos con universidades internacionales, que le faciliten a estas profesionales obtener las certificaciones que verdaderamente las pondrían a valer en otros países.
Como es normal, el principal obstáculo a nuestras posibilidades de éxito se encuentra en los acomplejados politiqueros que prefieren, o más bien requieren, mantenernos en la ignorancia.

diciembre 02, 2004

Real o virtual

TUVE LA OCASION de visitar el impresionante campus universitario del Tecnológico de Monterrey en la ciudad de México. Es apenas uno de los treinta que posee esa universidad privada, en la cual estudian más de 100.000 personas. Por cuanto el TM también opera una de las más importantes universidades virtuales del mundo, el conflicto entre lo real o lo virtual, debe estar presente al presupuestar.
Ya me imagino las discusiones. De un lado los tradicionalistas, los que abogan por más aulas, quienes de seguro aún constituyen la mayoría del profesorado. Del otro lado, los virtuales, quienes probablemente pelean por servidores más rápidos y por mayores asignaciones publicitarias con las cuales asegurar que puedan permanecer en la lista de las universidades virtuales sobrevivientes. En esto último tienen razón, ya que será en los próximos años... o meses, que se definirá quiénes serán los líderes virtuales de las próximas décadas.
Hasta la fecha, los tradicionalistas con seguridad habrán fundamentado sus solicitudes sobre la base que una universidad con presencia física, es la única universidad capaz de producir los resultados esperados... y la mayoría de nosotros tenderíamos a estar de acuerdo. Pero, por los corredores ya se comienza a oír el rumor de que los análisis de las primeras camadas de estudiantes virtuales, sorpresivamente están demostrando una superioridad académica muy real. Lo anterior no me consta, pero como para obtener un título académico estudiando por una vía virtual, seguramente debe requerir de mucha motivación, de repente termina siendo cierto.
¿Qué pasaría si en pocos años los graduados virtuales son considerados como los mejores? Para comenzar, debemos recordar que al mercado de trabajo lo que le importa es la calidad profesional del graduado y para nada el hecho de que si éste lo haya pasado bien durante sus años universitarios. Por lo tanto, si las empresas comienzan a solicitar graduados virtuales, pues a estudiar virtual todo el mundo... así sea desde las aulas.
Entre los profesores, que no cunda el pánico. El estudio virtual requiere de asistencia individual, por lo que no solamente seguirán siendo necesarios, sino que quizás hasta puedan dar sus clases desde la playa. Considerando que un cierto roce físico entre los estudiantes parece importante, también se podrá dar uso a las tantas aulas actuales, convirtiéndolas en cuartos hoteleros que puedan recibir a los virtuales durante unas semanitas de contacto físico.

noviembre 18, 2004

Créditos para viviendas globales

ASISTI A UNA CONFERENCIA en Alemania sobre sistemas hipotecarios en países desarrollados y sobre su aplicabilidad al financiamiento de la vivienda social en países emergentes. En general resultó muy interesante, pero cuando me solicitaron un comentario, no pude resistir hacer el siguiente:
Antes de invertir nuestros escasos recursos en construirle una vivienda a una persona necesitada, debemos asegurarnos que esto ocurra en un lugar apropiado, para que no lo atornillemos aún más a la miseria. De otra manera, lo único que lograríamos sería haberle construido un techo bajo el cual el pobre siga muriéndose de hambre y en tal caso, es mejor comprarles unas carpas y estimularlos a mudarse a donde haya mejores perspectivas.
Así que, oyendo sobre sus avanzados sistemas hipotecarios, lo que más me interesaría conocer es si sus sistemas permiten que un alemán pueda acceder a un crédito hipotecario en Alemania para adquirir su segunda vivienda en uno de nuestros países pobres. De ser así, nuestros desempleados podrían construir tales viviendas, atender a sus propietarios cuando las visiten, cuidárselas cuando estén de viaje... y así sí ten drían una razón tanto para construirse sus propias viviendas, como para tener las fuentes de ingresos con que pagarlas.
De hecho, si los países desarrollados aceptasen que para fines de determinar el "riesgo bancario" de un crédito inmobiliario, les resulte igual donde se encuentra ubicado el inmueble, inmensas posibilidades se harían presentes en nuestros países. Hoy, los controles sobre los flujos de capital, que inconscientemente se imponen desde Basilea, vía las regulaciones bancarias, hacen demasiado oneroso para la banca local "desarrollada" financiar un crédito inmobiliario internacional... así sea que la casa internacional valga sólo la tercera parte.
¿Cómo eliminamos estos aranceles ocultos? Para comenzar, buscando eliminar aquellos riesgos con los cuales puedan argumentar las diferencias en el tratamiento. Por ejemplo, el sólo conseguir que una multilateral emita una póliza, que cubra el riesgo de expropiación, facilitaría mucho.
Para convencer a los países desarrollados de que ahora les toca el turno de liberar el flujo de sus capitales, necesitamos aliados, entre los cuales se encuentran esos miles de retirados en los países desarrollados, que ya no tienen como pagar el alto costo de la vida, ni los inflados precios de las casas... quienes, en un futuro, serán millones.

noviembre 04, 2004

Demanda imparable

EL WASHINGTON POST publicó la historia de un americano enfermo del corazón, a quien le presupuestaron un costo de 200.000 dólares por operarlo en Estados Unidos. Al no tener el dinero, se fue a la India, donde por apenas 10.000 dólares, pasaje incluido, le implantaron exitosamente una válvula y además pudo visitar el Taj Mahal. Otro ciudadano en Canadá, que debía esperar tres años para operarse la cadera, le cotizaron 23.000 dólares en Estados Unidos, pero también se decidió por la India y todo le salió por 5.000 dólares... dice el artículo que incluso fue recibido en el aeropuerto y alojado en un cuarto privado con Internet.
Simultáneamente leemos con frecuencia cómo se les hace cada vez más difícil a los países desarrollados cubrir los costos de sus promesas sociales, ante nada por los cambios demográficos, donde habrán más y más viejitos que cuidar y para viejos vamos todos.
Al igual que vemos personas con iniciativa, que deciden no permanecer en un país que no les ofrece posibilidades y emigran; los enfermos y las personas mayores, que no tienen cómo cubrir un costo de vida demasiado alto, resultan igualmente imparables cuando de repente se les presentan alternativas. Estas diferencias en costos siempre han existido, lo único es que ahora, gracias al Internet, tenemos acceso a la información al momento, desde casa y a un costo cero.
Lo anterior nos indica que habrá cambios muy importantes en la manera como se prestan los servicios personales a nivel mundial y muchas oportunidades económicas para algunos países. No es que sugiera que el consumidor viaje por un corte de pelo, pero aun en este caso podría ser que el ahorro obtenido pueda financiarle una buena parte de su turismo.
¿Y dónde quedará Venezuela? Lamentablemente, al encontrarse tan ocupada analizando su propio ombligo y como además resulta difícil mercadear servicios en un clima de conflictividad, lo más probable es que de nuevo perderá una posibilidad para diversificarse del petróleo. Otros países ya andan buscando cómo explotar mejor el negocio, dando facilidades de visa y exenciones de impuestos a todo retirado mayor de 60 años y, como la competencia no perdona, ya hasta juran por ahí, que a Venezuela no se puede ir.
Enfermeras bilingües con acreditación internacional y médicos con especialización geriátrica son valiosos activos en este campo, pero como su formación toma tiempo, tendrían que empezar desde ya.


octubre 07, 2004

Un ejemplo Danés

El mejor sistema para financiar viviendas en una sociedad debe ser, por pura lógica, el que pague la mayor tasa a los ahorristas y les minimice los riesgos, para así atraer el mayor volumen de ahorros con que financiar las viviendas, mientras cobra la menor tasa posible a los deudores. Que me perdonen mis amigos banqueros, pero la solución a la ecuación anterior pasa por disminuir el margen de intermediación.
En Dinamarca, un país con unos 5 millones de habitantes, hay más de un millón de créditos hipotecarios, que representan un volumen de 200 billones de dólares y el costo de intermediación total, con avalúo, registro de hipoteca, margen para el intermediario y demás se encuentra en el orden de UN MEDIO POR CIENTO… Por ejemplo, si le cobran el 6 por ciento al deudor, le pagan 5.5% al inversionista. 
El 0.5%... ¿Magia? ¡Qué va! En Dinamarca las cosas se hacen simplemente como se deben hacer. La sociedad busca dar soluciones y no crear problemas.
Si por populismo se introducen riesgos en un sistema para acomodar las necesidades de unos pocos, todos terminan pagando por éstos. En Dinamarca, por lo tanto, los avalúos son muy estrictos y no se financia más que el 80% del valor. Resultado… el financiar seguro es poder financiar barato y en los más de doscientos años del sistema, jamás han incumplido con el servicio de los bonos hipotecarios. ¡Ni un incumplimiento en doscientos años!
Los registros... automatizados y seguros... están diseñados para minimizar los riesgos y los costos de financiar viviendas y no para maximizar los ingresos de los registros. En el sistema hipotecario Danés trabajan sólo cuatro mil personas.
Hay países con Constituciones tan avanzadas que prohíben desalojar al inquilino si no se le suministra una vivienda similar. Obviamente que en esos países nadie construye para alquilar y la gente sigue sin casas, con el solo consuelo de cumplir con la voluntad de los constituyentes del momento. En Dinamarca es más fácil desalojar, pero hay vivienda.
Ya les oigo decir… es que son Daneses… aquí jamás podría funcionar. ¡Mentira! Lo que pasa es que nuestro país se encuentra desde hace mucho tiempo bajo el yugo de gobiernos que no tienen el menor interés en que las cosas funcionen, ya que con su opacidad y sus enredos, los de turno, pueden cobrar más por el “yo te arreglo esa …” Sólo les adelanto que en México ya están estudiando a fondo el sistema danés… ¿nos quedaremos atrás?
Posdata. Oops. En 2008 revento una burbuja inmobiliaria en Dinamarca, con los precios de la viviendas descendiendo hasta un 20 por ciento. Claro que hubo una crisis, pero por lo conservador del sistema, parecería que sus implicaciones son mucho mas manejables, que las de por ejemplo la crisis en España.

septiembre 23, 2004

Un impuesto mundial

UN MUNDO QUE CADA DIA se torna más chiquito, pero con problemas que sólo se agrandan, hace necesario más recursos de carácter global, por lo que muy a regañadientes, ya se discuten propuestas para un impuesto mundial.
Antes que nada, si hemos de esforzarnos en navegar las inmensas dificultades políticas que tales impuestos entrañan, por lo menos que generen un monto importante. Así por ejemplo, gravar los vuelos comerciales no produciría muchos ingresos... por lo menos no comparados con las necesidades.
El impuesto también debe ser fácil de cobrar, para que no se diluya en la gestión de cobranza. Hay quienes desean cobrar un impuesto a la venta de armas. Suena bien, pero si ni siquiera logramos controlar el contrabando de armas, ¿cómo lo haríamos si damos el incentivo a las autoridades de recibir un impuesto por su venta?
El impuesto tampoco debe generar serias distorsiones económicas. En tal sentido, el principal obstáculo a un impuesto sobre transacciones financieras es que, teóricamente, desincentivaría la fluidez de las transacciones, incrementando así la volatilidad del mercado financiero. No estoy seguro del argumento... los intermediarios ya cobran comisiones por las transacciones.
En donde siempre terminan los estudios es en la gasolina. Ustedes saben cuánto he protestado contra los gigantescos impuestos a la gasolina que aplican muchos países consumidores, con los que discriminan al petróleo y conforman una de las principales razones por las cuales necesitamos de la OPEP. No obstante, la verdad es que los impuestos a la gasolina producen muchos ingresos. En Europa, sólo por la gasolina sin plomo, cobran más de 100 billones de dólares anuales. Son fáciles de cobrar y las distorsiones que generan al frenar su consumo, no puede decirse que sean del todo malas. Por lo tanto, como quiera que no hay cómo parar tales impuestos y a veces se usan hasta para subsidiar a otras energías, como el carbón, quizás nos resultarían más tragables, si una parte de los mismos fuera usada para el bien del mundo.
La opción gasolina también permite a todos participar de manera proporcional y así no ser excluidos del grupo de los responsables del planeta. Si en Europa, con su ingreso por habitante de 30.000 dólares anuales aplicasen 5 centavos de dólar por litro, un país con ingreso de 3.000 pagaría medio centavo por litro. Con tales ci fras, el impuesto daría unos 50 billones anuales... y eso es plata donde lo pongan.

septiembre 09, 2004

"Púshalo"

HEMOS VISTO LA FOTO de un monito, que debido a un dolor estomacal rehusó seguir caminando sobre sus cuatro patas y comenzó a caminar erguido en dos, pero al leer al reconocido académico y politólogo norteamericano, Samuel Huntington, reiniciando cierto debate, esto nos hace pensar que algunos todavía como que caminan sobre las cuatro. 
En la revista Foreign Policy de abril 2004, Huntington expresa xenofobia en contra de la comunidad latinoamericana, en especial la mexicana. La acusa de invadir su país y de amenazar el bienestar de una sociedad, cuyo origen y razón de ser considera exclusivamente anglosajón y protestante. Huntington para sonarle la alarma a sus compatriotas alude a la tasa de fertilidad... ¡típico!, y a una supuesta ausencia de querer integrarse por completo, que basa en el hecho de que tantos sigan hablando en español. 
El aspecto lingüístico parecería ser de especial importancia para Huntington, ya que le advierte a los mexicanos residenciados en Estados Unidos, que si quieren compartir el Sueño Americano creado por su sociedad anglo-protestante, deben aprender a soñar en inglés. Huntington cifra sus esperanzas de que ello ocurra en el hecho de que, según él, los emigrantes de segunda generación, a menudo, desprecian y rechazan su lengua materna y se sienten avergonzados ante la incapacidad de sus padres de comunicarse en inglés. 
Puede que haya casos así. Uno lo encontré volando hacia un país de Centroamérica, cuando una aeromoza de indiscutible ascendencia latina, molesta con un señor mayor, humilde y también latino, con dificultades para desabrocharse el cinturón de seguridad, le dirigió un despectivo "Púshalo o como ustedes lo dicen... ¡oh forget it!". No obstante, si Huntington cree que su país estaría mejor con quienes se avergüenzan de su origen, que con quienes se enorgullecen del mismo, ya es hora de que su universidad lo "des-academice".
Casualmente en el mismo Foreign Policy donde aparecen las opiniones de Huntington, su editor Moisés Naím, en un artículo titulado "Desde la normalidad a lo lunático", sostiene que muchos de los recientes movimientos latinoamericanos se alimentan de las políticas de furia, raza y venganza y que son intensamente nacionalistas reclamando sus raíces en las más viejas tradiciones de sus países.
Amigos, como podemos observar, tanto aquí como allá, hay mentes y corazones chiquitos, acomplejados, temerosos... y probablemente muy solitarios.


agosto 26, 2004

¡Epa Carrasquero! …que buena broma nos echaste

JUSTO ANTES del Referendo publiqué Salga Sapo Salga Rana, por lo que pueden intuir que no tenía una idea preconcebida sobre su resultado, aun cuando pensaba que los organizadores estarían mejor informados.
Si yo hubiese sacado casi el 60 por ciento de los votos, hubiese contratado a Don Francisco para transmitir al mundo un Sábado Gigante desde la Plaza Bolívar, con la presencia de una muy nutrida comisión de observadores donde, aparte de Carter y Gaviria, estuviesen arzobispos, farándula, escritores, historiadores y opositores, tanto reales como imaginarios, para que se contase cada uno de los votos, que en cajas lacradas con el Escudo Nacional, serían llevadas ante la comisión, por bellezas venezolanas en falditas cortas tricolores, registrando simultáneamente los NO y los SI en una inmensa pantalla electrónica... para así darle un Gran Finale a lo que, por lo menos a mí, debería haberme parecido una magnífica gesta democrática.
Si en tal caso, unos con-amigos-así-quién necesita-enemigos me hubiesen desperdiciado esa oportunidad histórica, armando un enredo con declaraciones apuradas en horas de baja audiencia y sin la suficiente presencia de testigos opositores, yo me estaría jalando los pelos y buscando ver cómo salgo de ellos, sin importarme sus buenas intenciones o lo comprometidos que estuvieran conmigo... ya que con brutos o chupa-medias... ¡ni a la esquina!
Por supuesto, que en un país dividido y poco preparado para un recuento apretado del tipo Bush vs. Gore en la Florida, si pensara en la posibilidad de ganar con un margen menor y para garantizar la gobernabilidad del mañana, buscaría asegurar una transparencia aun mucho mayor... aun cuando, en tal caso, me ahorraría los honorarios de Don Francisco.
Claro que lo de con-amigos-así-quién necesita-enemigos aplica igualmente a los del SI. Ahora bien, por cuanto la próxima cita democrática será como en dos años, hay tiempo para que los del SI reflexionen sobre los resultados y para que los del NO reflexionen sobre la ausencia de resultados aun con resultados. Como fruto de tanta reflexionadera, esperemos todos que surja una conciencia de que no basta estar en contra de alguien, sino que hay que estar unidos a favor de algo.
En tal sentido, aprovecho la ocasión para anunciarles a mis amigos, que a partir de esta fecha y hasta próximo aviso, este radical del medio, se está uniendo con entusiasmo a ese movimiento optimista, no corrupto, inmensamente solidario, incluyente y participativo, que huye del ayer y desea enfrentar los retos del mañana con un sano venezolanismo (sin complejos ni cursilerías)... que estoy seguro se está formando en estos días en mi patria, sobre la base de una membresía de millones de chavistas y escuálidos... tristes y decepcionados... pero jamás desesperanzados. Ese movimiento, cuando gane, como de seguro habrá de ganar, contará sus votos a la luz de un brillante sol venezolano.


agosto 12, 2004

Salga sapo o salga rana

NO ES QUE EL QUINCE de agosto, el día del Referendo, no sea importante, podría incluso ser recordado como el final del principio, pero, a la hora de la verdad, es el dieciséis la fecha que vale. Salga sapo o salga rana, el que sea, tendrá que ver cómo se las arregla para que nuestro triunfo no se convierta en nuestra derrota... en poco tiempo.
Los actuales medios tecnológicos no permiten que la historia se re-escriba con mucha facilidad así que, aun cuando a muchos de nuestros actuales protagonistas puede que les importe un bledo, desde ya les advierto al sapo o a la rana, que este cronista, así como la mayoría de mis colegas, serán implacables con quienes no ayuden a evitar que nuestro país se desmadre.
Gane el sapo o gane la rana, manejar la victoria es más difícil que manejar la derrota. Mientras que la realidad política exige conseguir algo que entregarle a los derrotados, en un rápido gesto de conciliación, de seguro los propios andarán, en el mejor de los casos, buscando la champaña y, en el peor escenario, queriendo venganzas.
¿Qué dote puede entregar el ganador a la oposición, sin que los suyos se le rebelen? Por supuesto que no podrá ofrecer 50 sabrosas embajadas a los cincuenta opositores más destacados, no sólo por cuanto pocos de ellos estarían dispuestos a suicidarse recibiéndolas pero, ante nada, porque en las actuales circunstancias la dote requiere tener un profundo significado, casi espiritual, para todo el país.
A mí sólo se me ocurre una... ¡Pdvsa! Nada puede atentar más contra la unidad del país, que seguir manteniendo a Pdvsa como un coto privado. Por el otro lado, un buen camino hacia una paz social, sería permitir que la luz del sol, esa luz que desinfecta y sana heridas, le llegue a nuestra empresa petrolera. Con sólo un poco de voluntad sería posible desarrollar mecanismos, que permitan acercar al ciudadano a esa industria, que intuye tan vital para su país, pero que al mismo tiempo, cruelmente, debe generar muy pocos empleos directos.
Si me tocara manejar el triunfo, estaría pensando en la posibilidad de que las autoridades de Pdvsa también fuesen electas... claro que con una debida representación proporcional... claro que con unos procesos de revocación de mandato más ágiles y menos dolorosos que el parto actual.
Amigos, por enésima vez, en Pdvsa no hay nada que requiera de tanta confidencialidad.
¡Dios bendiga y ampare a nuestro querido país!


julio 31, 2004

Consenso, orden y tranquilidad

¿SE IMAGINAN cómo serían las perspectivas de Venezuela si uno de nuestros extremismos tuviese el 51%? Qué suerte para nuestro adolorido país, que a quien hoy quiera salir victorioso en el referendo, no le basta los propios, sino que requiere el apoyo de otros, bien sean esos otros los indiferentes, o los muy otros. Reconozco que no me encuentro tan de cerca mi país como para ver los árboles, pero creo intuir el bosque y percibo que su gente está tan cansada, fatigada, harta, fastidiada y agobiada de revoluciones, agendas y paquetes, que se volcarían por quien, generosamente, sólo les ofrezca un poco de orden y tranquilidad. 
Y orden y tranquilidad es justamente lo que el médico le recetaría a Venezuela. Para comenzar, basta con ver a nuestro mundo, que a pesar de poseer más información veraz al instante que nunca, también sufre los rigores de la sobreinformación y la desinformación. Pensándolo bien, creo que el mundo jamás ha estado tan confundido... igualito a nosotros. Por buscar formar, reformar o re-reformar todo con prisa, todo se enredó, se enreda y se enredará. 
Por lo anterior, aquí, desde mi punto de conexión a la red, si yo fuese jefe de campaña de algo en Venezuela, me limitaría a lo siguiente: 
SILENCIAR, como sea, a nuestros extremistas, ya que con ellos ni se gana lo de hoy, ni mucho menos se puede arreglar lo del mañana. ¿Pero si han sido tan leales y trabajadores? Bueno, ya veremos cómo los premiamos. Quizás les hagamos un álbum de colección en su memoria... para que los niñitos puedan intercambiarse barajitas de sus respectivos héroes y vi llanos. 
PDVSA. Aún cuando obviamente no debe representar el corazón venezolano, ofrecer manejarla como si lo fuese. No hay espacios para más sacudidas sino para una reestructuración gradual en el tiempo. Mientras tanto, el implantar una junta de observadores de la sociedad civil no petrolera, como marcapaso, podría ayudar. 
JUSTICIA. Iniciaría la construcción de unas cárceles humanamente funcionales, con lo cual se enviaría una señal de querer encaminarnos, con calma, a una justicia justa. ¿Qué juez de hoy se atreve a mandar a alguien a nuestras cárceles, cuando ello podría acarrearle el riesgo de que un juez Garzón lo juzgue y condene por crímenes de lesa humanidad? 
Un plan que sólo incluye buscar consensos en orden y tranquilidad, puede sonar cursi o, incluso, ridículamente radical. Ese riesgo gustosamente lo aceptamos... nosotros los extremistas del centro.


julio 15, 2004

McCárcel

La Justicia es algo muy difícil de comprender y concretar, por situarse ella sobre un continuo, que se hace finito sólo con la Justicia Divina. Del otro lado, las injusticias son mucho más fáciles de percibir y, en nuestros países, las cárceles en sí representan una de las peores. Como economista, en términos del uso de recursos escasos, estoy convencido de que la justicia avanzaría hoy mucho más mejorando las cárceles, que invirtiendo en Tribunales Supremos. 
No predico ni creo en soluciones importadas y además, si fuésemos a respetar los derechos individuales en sus definiciones más extravagantes, por ejemplo garantizando en Venezuela un acceso a la justicia similar al que hace unos años tuvo O.J. Simpson en los Estados Unidos, esto, por sus costos, atentaría contra los derechos humanos de nuestra individual colectividad.
No obstante, creo en los buenos ejemplos y estoy seguro, que de existir unas franquicias carcelarias, que pudiesen instaurarse en nuestros países, todos mejoraríamos, a punta de vergüenza.
Cuando leemos, que uno de los factores que más le dificultan a Schwarzenegger, reciente Gobernador de California, equilibrar el presupuesto estatal son los 28.500 dólares, que anualmente tiene que gastar por cada uno de sus 162.000 presos y que una de sus opciones sería la de usar servicios privados carcelarios locales, que le permitan reducir el costo a 17.000 dólares por preso por año, vemos una oportunidad.
Si California desea aún mayores ahorros, podría lograrlos permitiendo que el servicio carcelario para algunos de sus presos sea ofrecido por nuestros países. En tal caso, empresas podrían construir y operar cárceles, donde por necesidad tendrían que usar certificaciones de calidad, del tipo ISO 9000, lo que probablemente generaría para el bien de todos un conjunto de buenas prácticas carcelarias. Hoy, transporte rápido y facilidades como las video-conferencias, hacen mucho más factibles propuestas como éstas, faltando sólo la voluntad.
Dado que algunas personas atribuyen el origen de las violentas maras (pandillas) de América Central a Los Ángeles, y dado que el crimen se atribuye hasta cierto punto a la violencia en las películas, quizás California, su gobernador e incluso Hollywood tengan una motivación especial para dar la bienvenida. una iniciativa como esta para ayudarnos a ayudarlos.
Además, la experiencia de Schwarzenegger solo en el cine, que va desde someter a los criminales por la fuerza hasta enseñar en un jardín de infantes, parece encajar en el currículum ideal de un súper carcelero.



julio 01, 2004

El musical

AMIGOS, O NOSOTROS hacemos de esta cosa algo de lo que pronto todos los venezolanos nos podamos reír o tendremos que pagar una triste e inmensa factura por muchas décadas. Es más, ni me extrañaría que hasta Broadway, no resistirá la tentación de producir un musical sobre lo nuestro... así lo visualizo:
El primer acto muestra a unos viejos cansados leyendo un libro y preguntándose... ¿Por dónde será? Se les acercan unos jóvenes baquianos, que habiendo estudiado en un país del Norte con beca de un mariscal retirado y con la eficiencia que recuerda los métodos de la venta de tiempo compartido, convencen a los viejitos de botar el libro e irse, dizque por un cómodo y rápido atajo... donde se pierden.
Al rato vemos como un vivaracho joven, pasillaneando por un polvoroso sendero al son de un joropo, descubre el libro entrelazado en las raíces del samán donde se ha sentado para tomarse un cafecito. Rescata el libro de las raíces, cual espada de la piedra y descubre al abrirlo la vieja agenda socialdemócrata, que para bien o para mal contenía la llave al corazón de los electores venezolanos.
Con esta agenda el joven asciende al poder, pero como tampoco logra descifrar su ejecutoria, es rodeado por otros estudiantes del exterior, esta vez de una isla algo al norte, que también dicen saberlo todo... y se origina la madre de todas las pérdidas.
De ahí en adelante el musical es una inmensa fiesta de confusiones, donde hábilmente se explotan los elementos típicos de este género, tales como lágrimas, heroísmos, cursilerías, amistades, estupideces, pobreza, ostentación, intrigas, pillerías, amores y desamores, venganzas y, por supuesto, muchas canciones de Primera. Después de un intermedio, a las 11 de abril, tan corto que no alcanza ni para ir al baño, el bululú se reinicia destacándose en especial los caracteres femeninos, que en colorido dejarían pálidas a colegas de Broadway, como Evita.
Pero el director es juguetón y así, minutos antes de finalizar, cuando ya todos están alineados para el gran encuentro democrático del 15 de agosto y que en espectacularidad promete superar a la del Señor de los Anillos, todo se paraliza y se oye una voz decir... levanten las manos quienes quieren que este musical termine como una comedia de Moliére... levanten ahora las manos quienes prefieren que termine como una tragedia de Shakespeare.
¿Qué querrá la audiencia? ¿Quién agarrará la agenda? ¿Logrará al fin ejecutarla?... Amigos, véanlo próximamente... en vivo.

junio 03, 2004

Amarillo, azul… o verde

CADA DOS SEMANAS me siento a redactar el artículo que publico en estas páginas. Identifico un tema y considerándome un hombre razonablemente racional, me dedico a hacer un análisis ponderado de ambas caras de la moneda y normalmente termino identificándome con una posición intermedia.
Mi siguiente reto es el de encontrar la manera de cómo transmitir el mensaje, tanto para que el lector quiera leerlo, como para que lo entienda. Del trampolín, prefiero ejecutar bien unos saltos sencillos de baja puntuación, que lanzarme con unas acrobacias donde, aun cuando la puntuación relativa sea alta, corro el riesgo de perder al lector... ¿aún me siguen?
Terminado el borrador, se lo entrego a mi esposa Mercedes, quien procede a picar mis oraciones de cinco líneas, en cinco de una línea. La manera como lo desmantela en pedacitos, para luego ensamblarlo, sin que siquiera me dé cuenta de los cambios, evidencia su destreza.
Una vez listo, se lo envío a Miguel Maita y espero el día de su publicación, cuando lo veo nacer en www. eluniversal.com. Entonces comienzan a entrar a mi email, los ni tantos, ni los tan pocos comentarios:
Kurowski. Odio su amarillo... ¿No tiene usted vergüenza?
Kurowski. Odio su azul... ¿No tiene usted un mínimo sentido de vergüenza?
Señor Kurowski. Gracias por explicarlo con tanta claridad.
Este último comentario, sin duda, le hacen mucho bien a mi ego, pero aun en ese caso quedo con la duda sobre si de verdad lograron captar el bello verde que quise describir, o si sólo fue que vieron un amarillo o un azul, aún más intenso.
¿Amigos, cómo se comunica algo cuando el receptor ya no es capaz de separar los amarillos, los azules o el verde resultante de la mezcla y sólo sabe captarlo por un solo canal unicolor? Este problema de daltonismo mediático no es exclusivo de Venezuela, ya que parecería que la humanidad está mutando, probablemente como reacción al exagerado volumen informativo del mundo moderno. ¿Llegará el día en que nunca más veremos el verde?

mayo 20, 2004

Monsters Inc.

VI NUEVAMENTE con mis hijas la película de dibujos animados Monsters Inc. En ella, sus dos simpáticos monstruos, Sulley y Mike Wazowski, tienen que entregarse en cuerpo y alma al perfeccionamiento de las técnicas del susto, para así lograr la máxima carga emocional en los gritos de los niños, de cuya extracción depende Monstrópolis para su generación eléctrica. A sabiendas de que "sin gritos no hay poder", estos tipos buenazos se sienten plenamente identificados con el lema de su empresa, "asustamos porque nos preocupamos". Por supuesto, el pavor que ellos, a su vez, sienten por los niños les ayuda a cumplir con su desagradable tarea cívica.
Debido a una creciente crisis energética originada porque "los niños de hoy ya no se asustan como antes", y al encuentro directo con una simpática y muy poco asustadiza niñita, Boo, nuestros héroes inician una aventura donde llegan a descubrir que el amperaje de la risa es diez veces superior al de los gritos y, en un final feliz, se redefinen profesionalmente como unos grandes comediantes.
Después de tantas historias de horror y que de no ser ciertas dejarían envidiosos a Stephen King, no hay duda de que en nuestra Venezuela existe miedo. Aún cuando un cierto miedo prudencial pueda ser bueno, sabemos que el miedo crónico es malo, paraliza todo y hasta puede llevar al suicidio colectivo, por lo que no dudamos que nos urge a todos espantar la oscuridad.
Me pregunto qué pasaría si, al prenderse la luz, descubriéramos que nuestro país, sin saberlo, sólo era Monstruicos 2, una película sobre un experimento social, que todo el resto del mundo veía para aprender a cómo manejar los conflictos, que puedan resultar de una polarización de opiniones.
¿Y si de repente descubriéramos también que la audiencia se está riendo de todos nuestros monstruos, ya que ellos sí pudieron detectar que éstos no eran más que unos globos, que los guionistas inflaron con aire caliente, para que se elevasen y nos asustasen?
Entonces tendríamos que concluir que fuimos los protagonistas de la Madre de todas aquellas Revoluciones y Contra-revoluciones que pudieran clasificarse como del tipo: Café, Bodega o Cantina y, en cuyo caso, nos restaría tenerle miedo al ridículo pero... ¡bienvenido sea!
¿Iluso? Quizás, pero mientras más observo cómo se encoge el mundo, más me convenzo que en Venezuela nos libraremos del miedo. Así que amigos, en palabras de Dory en Buscando a Nemo, la película que siguió a Monster Inc... sigan nadando... sigan nadando.


mayo 06, 2004

Las ganas de fracasar

A VECES DEBEMOS enseñarle a los alumnos a no tenerle miedo al éxito, decía una maestra de color, con 32 años de experiencia en los colegios públicos de Washington. Tiene razón, pero en Venezuela a veces tenemos hasta que pelear contra las ganas de fracasar.
La globalización es algo irreversible. Hasta a Estados Unidos le ha tocado dar su brazo a torcer (o así pa rece) y desconectar los subsidios, que artificialmente venían manteniendo con vida a unos pocos de sus culti vadores de algodón, a costa de muchos otros agricultores en los países pobres.
Por ser un fuerte crítico de la manera como Venezuela ha manejado la globalización, puede que sea tildado de globalifóbico, tanto por los ineptos, que ni se dan cuenta de sus peligros, como por los sifrinos, que sólo la ven como algo fino. No obstante, la verdad es que entre quienes peleamos, para que Venezuela tenga éxito con la globalización y quienes creen que el país puede tener un mejor futuro, dándole la espalda, hay un mundo de diferencias.
Reconociendo que la globalización es difícil y trae riesgos, los que aceptamos el reto de nadar con la corriente y buscamos sacarle el mayor provecho para el país, sentimos simpatía y comprensión por quienes de verdad creen que estaríamos mejor como ermitaños. Los que sí no merecen nuestra simpatía, comprensión, ni perdón, son quienes se oponen a la globalización, sólo para garantizar el fracaso del país y asegurar así esa mediocridad, que les permite mantener su propia cuota de poder.
Por cuanto a la larga, el fracaso no es sostenible, ni en un mundo globalizado, ni en uno colonizado, o tenemos éxito en nuestra tierra Venezuela, u otros lo tendrán en ella. En tal sentido, los busca-fracaso, entre quienes siempre encontramos a algunos que dicen actuar en nombre de quien nos ganó la patria, cínicamente se dedican a perderla.
A los que creen que lo anterior es imposible, a cuenta de las buenas intenciones de su proceso, basta recordarles que si bien es difícil mantener una revolución sin recursos, más lo debe ser con esa abundancia, que atrae a todo tipo de calaña.
A los que creen que todo se arreglará con sólo salirnos del proceso, ¡cuidado! ya que nuevamente podemos terminar con los ojos claros y sin vista, no por miedo al éxito, sino por las tantas ganas al fracaso.
A los que creen que de la globalización sólo saldrán perdedores, descuiden, cada día somos más quienes queremos hacer ganadores de todos. ¡No le tengamos miedo al éxito!

abril 22, 2004

Crédito Odioso

RECIENTEMENTE les escribí acerca de la deuda pública externa odiosa, discutiéndose actualmente en el mundo las posibilidades de su repudio cuando es contratada por gobiernos o para fines ilegítimos. La otra cara de la moneda, es la del crédito odioso. Por favor, no vayan a pensar que la tengo agarrada con la banca, todo lo contrario, pero respeto demasiado el rol de la intermediación financiera, como para callarme cuando no cumple bien sus funciones. En 1981, el representante de un banco extranjero en Venezuela me mostró una carta donde su jefe le instruía "denle crédito al INAV..., que ese es el peor instituto público, por lo que es el que mayor margen nos paga y, tú sabes, al final sigue siendo tan público como el mejor y Venezuela tendrá que pagarlo igualito". ¿No les suena esto a un crédito odioso?
La primera pregunta, que debe formularle un buen banquero al cliente, que le solicite un crédito es el para qué y, si la respuesta no es satisfactoria, debe negarlo, sin considerar las garantías ofrecidas. Burdos fraudes, del tipo Parmalat, siempre existirán, pero la forma tan idiota como todos cayeron en la trampa nos hace sospechar, que este sólo sea el primer caso del nuevo riesgo sistémico en la banca, cuando, tentada por los reguladores de Basilea, subordina su propio criterio al de los dictámenes de auditores y calificadoras de crédito. Tal evolución, mala de por sí, resulta más grave aún en el caso de los créditos públicos, donde el para qué está siendo sustituido por un cuánto aguanta, maléficamente derivado del cálculo sobre el nivel de deuda pública sostenible.
Al pedir la eliminación total de la deuda pública externa (algo factible y que en nuestro país no requiere de exagerados sacrificios) mis colegas con frecuencia argumentan, que un nivel de deudas es bueno y necesario para el país... lo que no me convence, por sonar como si la deuda fuese similar a la electricidad, que debe mantener un cierto voltaje. Por cuanto la deuda pública siempre debe ser pagada, independientemente de que nunca nadie haya sabido su para qué (o para quién), peleo por ese día en que nuestro sector privado venezolano pueda acudir de nuevo a los mercados, libremente, sin tener que cargar con ese tamaño bacalao llamado deuda pública externa.
Para mí el Benemérito tuvo mucho mérito cuando liberó a Venezuela de sus deudas externas... él como que sí sabía, que para sacudir ese vicio, se requiere algo más que chicles o parches.

abril 06, 2004

Las municipales

¿Está este alcalde haciendo un buen trabajo? La respuesta es importante, ya que si lográramos convertir las próximas elecciones en una selección del tipo Darwin y sacar a todos los peores y dejar sólo a los mejores, en unas pocas vueltas electorales más, habríamos progresado al menos en algo. Mientras que, si procedemos al revés, seguiremos cayendo por el barranco de los últimos cuarenta... y cinco años.
Si quisiéramos lograr una buena selección electoral, sería útil para los electores contar con un ranking de gestión municipal elaborado por un ente serio e independiente, ya que hoy ni los ciudadanos de Venezuela (ni de los demás países), están capacitados para siquiera saber si su municipio se encuentra entre los mejores o los peores... a menos que crean en las cuñas.
No es fácil evaluar la gestión de un municipio, ya que no es un restaurante donde en poco tiempo e independientemente del caos que pueda reinar en la cocina, podemos decidir si la comida fue rica, el precio razonable, la atención esmerada... y si queremos volver.
Por cuanto para una evaluación es necesaria la información, un ranking de esta naturaleza, obligatoriamente tendría que incluir a la transparencia entre los principales criterios de evaluación. Si bien la transparencia no garantiza, por sí sola, un buen resultado, no hay duda que un municipio que pueda, por ejemplo, informar de manera exacta acerca de los pagos efectuados a empleados y contratistas, debería estar encaminado a lograr una mejor gestión, que un municipio que oculta dicha información. Por cierto, el dinero que hoy se invierte en cuñas, probablemente alcanzaría para desarrollar un sistema de información transparente.
En un aeropuerto de Asia observé que toda su publicidad oficial consistía en anunciar que su proceso de inmigración, visas y aduana estaba sujeto al escrutinio externo y contaba con un certificado de calidad ISO 9002. Amigos, ¿cuánto nos falta para que nuestras autoridades nos demuestren un respeto similar?


marzo 25, 2004

Deuda odiosa

EN UNO DE MIS RECIENTES artículos, sobre la necesidad de proteger el ambiente, concluía recordando aquel viejo proverbio según el cual no hemos heredado el mundo de nuestros padres, sino que lo hemos tomado prestado de nuestros hijos. En esa oportunidad, como siempre, pensé en Venezuela y supe que, como prestatarios de nuestros hijos, hemos sido una verdadera porquería, ya que no sólo le hemos extraído petróleo a nuestra patria, sin que le haya servido de mucho, pero peor aún, se la devolveremos hipotecada.
Hay países que pueden necesitar de recursos externos para despegar, pero nosotros ya deberíamos saber que nuestras deudas públicas externas, las del ayer, las del hoy y las del mañana, sólo sirven para anclarnos aún más al fondo. La deuda pública externa es un gigantesco obstáculo, que impide o por lo menos encarece mucho el acceso de los ciudadanos a los créditos con los cuales sí pueden hacer crecer al país y el Estado satisfacer las necesidades sociales, vía impuestos.
Para salvarnos no hay otra que aprender a resistir los eternos cantos de sirena según los cuales "las deudas externas contraídas por los gobiernos anteriores son malditas y no sirvieron para nada pero, tranquilos, con nosotros, todo será distinto". ¿Cómo nos amarramos al mástil?
Hay quienes en desesperación similar sostienen la tesis de que por cuanto nuestros acreedores han sido cómplices de los gobiernos, no le debemos pagar las deudas. Yo acepto la tesis de complicidad, por lo menos la de los intermediarios, pero considero necesario aplicarles un castigo mucho más severo, el de cancelar íntegramente la deuda para luego nunca más tomar créditos.
¿Cómo hacen los ciudadanos que tienen y quieren dedicarse a sus quehaceres diarios y no pueden estar continuamente vigilando a sus gobernantes? Igual que en cualquier empresa, no autorizando la gerencia a endeudarse. En tal sentido, actualmente se discute en el mundo una tesis según la cual si la deuda fuere contraída por un gobierno no legítimo, o para unos fines claramente no beneficiosos para el país, podría ser declarada como odiosa y así, legalmente, no ser exigible.
Amigos, para cumplir con nuestros hijos, nietos y bisnietos y devolverles en buen estado al país que tomamos prestado, quizás deberíamos aprovechar tal posibilidad y declarar nuestra deuda pública externa como eternamente odiosa. Ante tal amenaza: ¿Se atreverán a prestarnos los acreedores? ¿Qué dirán las calificadoras de crédito?

marzo 11, 2004

La claridad del Ni-Ni

Recientemente leí un artículo, que en tono burlón se refería a los "Ni-Ni" como incapaces de percibir ningún tufillo que perturbe la aparente impolutez de su vida equilátera... algo así como si fuesen unoshermafroditas políticos. Les aseguro que un Ni-Ni activo, ese que busca evitar a como dé lugar una guerra fratricida en nuestro país, tiene bastante más hormonas que quienes ciegamente acuden al amparo grupal, buscando refugio para la noche. Los "Ni-Ni" también tienen más sesos, ya que entienden que al día siguiente es necesario encontrar un país viable, ya que no es suficiente sobrevivir, también hay que poder vivir... y convivir.
En estos momentos la prédica del "Ni-Ni" se centra en recordar que la legitimidad de un gobierno significa más que su legalidad. ¿Acaso podría el gobierno actual llamarse legítimo si finalmente llegasen a confirmarse 2.456.788 firmas, una menos que la necesaria, y creer que con eso podría gobernar bien, para todos, hasta el final del período? ¿Acaso la oposición cree que si llega a validar 2.456.789 firmas, y luego gana un referéndum, podría, así de fácil, pasar a gobernar legítimamente al país?
El CNE ya ha reconocido que hay 1.832.493 firmas válidas, que piden referéndum; 876.017 firmas reparables, no demasiado dañadas y 233.573 firmas bastante dañadas, pero donde debe haber una que otra reparable. Si a éstas le sumamos las voluntades abortadas, como las del exterior, es evidente que el gobierno, a partir del solo anuncio del CNE ya está perdiendo, día a día, la legitimidad mínima necesaria para gobernar al país actual. No obstante, no hay que estar Ni con el gobierno Ni con la oposición para saber, a ciencia cierta, que el país necesita resolver esto por una vía distinta a la de la eliminación de uno de los dos grupos.
Me están llegando artículos que especulan sobre la posibilidad de que a corto plazo se paralice la corriente del golfo, que calienta a Europa y a Estados Unidos... lo que causaría un verdadero desastre ecológico de consecuencias horripilantes. Los comentarios ofrecen muy pocas recetas sobre cómo prepararse para tal evento, excepto que todas predican la absoluta necesidad de una mínima cohesión social, que permita defender los territorios ante las desesperadas hordas de refugiados. No debería ser necesario recurrir a semejante ángulo catastrófico para explicar la necesidad de un país unido, pero... por si acaso... amigos ¡Ni Miami! ¡Ni La Habana! ¡Caracas, Venezuela!.


febrero 26, 2004

Presos, viejos y enfermos

LEIMOS QUE EN ESTADOS Unidos existen aproximadamente 2.2 millones de personas dedicadas a capturar y mantener tras barrotes a 2 millones de presos. Imagínense lo que puede significar para cualquier país captar así sea el 1% de ese mercado.
Otros mercados boyantes son los de la industria de la atención a los viejos, cuya demanda en países desarrollados crece al disminuir la relación del número de jóvenes a viejos. Igual así los de la industria del cuidado prolongado, donde los continuos avances de la medicina parecieran generar una demanda casi infinita.
Extraña entonces la insuficiente atención que los países en vías de desarrollo le dan a estos servicios al negociar sus tratados comerciales, considerando sus actuales y competitivos salarios, y que, por el otro lado, a ellos sí les obliga a abrirse al sector de servicios vía banca, seguros, auditoria, etc.
Como ejemplo, el impacto económico para un país pobre de una escuela que gradúe anualmente algunas miles de excelentes enfermeras bilingües, para trabajar en el mundo o en su propio país, podría superar los beneficios que un tratado comercial tendría en su agricultura e industria manufacturera juntas. Por cierto, las enfermeras cancelarían sus créditos educativos, quizás hasta con más facilidad que economistas como yo.
Además, dada las tensiones que se producen cuando millones de personas buscan emigrar como sea hacia los mercados laborales de los países desarrollados, para poder producir remesas familiares, sorprende no oír que la mejor manera de evitar esa inmigración ilegal, la que con frecuencia se destina de una manera u otra a cuidar presos, enfermos y viejitos, sería enviando esta misma clientela a los países en vías de desarrollo para ser atendidos.
Una apertura real en los servicios le permitiría a los países pobres acceder a fuentes de crecimiento económico sostenible, al mismo tiempo que aliviaría las presiones que los costos de atender presos, viejos y enfermos ejercen sobre las finanzas de los países desarrollados, hasta tal grado que incluso amenazan con hacer insostenibles a sus propias eco nomías.
¿Ideas nuevas? ¡Qué va! A Papillón lo mandaron preso a Guayana y Australia se fundó con presidiarios exportados. Ya existen gobiernos europeos que sufragan de una manera u otra la estadía de sus viejitos en lugares como Las Islas Canarias, y la historia esta llena de ejemplos de quienes tuvieron que ir a otros lugares a cuenta de enfermedades como la tuberculosis.


febrero 12, 2004

Lo chino de la China

VIAJE A LA CHINA y quedé fascinado. Les aseguro que para viaje de turismo, si consiguen un pasaje de oferta, no hay quien le gane. Para ir a la Gran Muralla me subí en un autobús con puros chinos, quienes cantaban en chino durante todo el recorrido con la ayuda de un video donde la pelotita saltaba sobre caracteres chinos. No era lo único chino para mí.
En la China de hoy, la mayoría de las familias tienen un solo hijo. ¿Qué significará esto para la sociedad? ¿Podrían por ejemplo los latinos seguir siendo latinos con familias de un so lo hijo? Es justamente cuando un país sale de la pobreza y busca situarse en un nivel intermedio donde cualquier avance, como pasar de bicicleta a moto y de moto a carro, demanda muchísima energía. ¿Hay energía y petróleo en el mundo para satisfacer el crecimiento chino?
El actual modelo de crecimiento económico de la China, parecería llevarla en muy poco tiempo de ser un país rural a un país, donde sus ciudadanos acabarán sardineados en inmensas urbes e intuimos que tal destino no es ni bueno ni sostenible. Al observar cómo los recientes avances tecnológicos en el mundo ya casi le permiten al pueblerino más alejado poder estar presente, casi en vivo, en el mero centro de la capital de su imperio, nos tenemos que preguntar: ¿De verdad que no existen nuevas y mejores opciones?
El ritmo del actual crecimiento de la China es bestial, por lo que sabemos que surgirán inmensas desigualdades entre quienes logren subirse al consumismo desarrollado de hoy y los que sigan a años luz de asomarse al actual milenio. Todo avance implica riesgos y hasta puede que requiera dejar víctimas en su esquela, pero si las injusticias llegan a ser demasiado grandes, el pasado puede reclamar. ¿Podrá China, en pocas décadas hacer lo que antes requería siglos y aún así seguir siendo China?
Perdonen la indiscreción política pero, cuando en la madrugada, al momento de izarse las banderas rojas en la Plaza de Tiannamen, veía cómo las olas humanas se movilizaban y guardaban un cierto orden sólo cuando eran instruidas por los guardias a grito de pulmón, tuve que preguntarme si a la larga será posible manejar a la China con una de las actuales democracias del tipo viva la pepa. Finalmente, al encontrarme sobre La Gran Muralla China, a donde terminé subiendo en un carrito amarillo, que parecía jubilado de un parque de Disney y mientras avanzaba lentamente entre el gentío increíble, me preguntaba: ¿Aguantará... la Muralla?


enero 15, 2004

El Amazonas

APARTE DE CONOCERLO como el principal pulmón de la Tierra, sé poco del Amazonas. Como no creía que sus selvas pudieran sustentar actividades económicas muy rentables, jamás me preocupé demasiado por la tala de sus árboles, pensaba que los estragos ecológicos avanzarían con relativa lentitud, y que, de llegar a ser demasiado graves, siempre podrían ser paralizados con un poco de voluntad y de recursos. Ya no estoy tan seguro de eso.
En un estudio reciente de Sergio Margulis, publicado por el Banco Mundial, él sostiene que la ganadería en las tierras del Amazonas es una actividad altamente rentable, desde la perspectiva privada. Paralelamente, en un artículo publicado en el Clarín, de Buenos Aires, leí que esas mismas tierras, donde hasta hace poco pastaban las vacas, están siendo destinadas al cultivo más rentable del Brasil, la soya, cuya demanda ha sido impulsada por el crecimiento económico de China.
Ya sea ganadería o soya, lo cierto es que todo parecería indicar que el talar los troncos del Amazonas es un tronco de negocio. En consecuencia, el costo de oportunidad de no desarrollar el Amazonas está subiendo, de allí que haya llegado la hora de hablar, de verdad, sobre los recursos necesarios para proteger nuestro pequeño planeta. El reto es inmenso, entrampados en un mundo donde en los países desarrollados cada día importa más el corto plazo (los resultados financieros del próximo trimestre) y en los no desarrollados donde sólo pueden pensar en hoy y no en la próxima mañana, al subir las tasas de descuento inducidas por el desespero del hambre y del desempleo.
El problema del Amazonas es global y actual... El presidente Lula recientemente expresó que "no se puede tratar esta región como si fuera algo del otro mundo, intocable, en la que la gente no tiene derecho a ningún beneficio".
¿Por dónde comenzar? No sé, pero ante la escasez de recursos y la inmensidad del problema, se hace indispensable una mayor objetividad en el análisis económico de los costos y beneficios de las diferentes alternativas energéticas. Los intereses del petróleo, carbón, molinos de viento, paneles solares, plantas nucleares y demás energías tuercen descaradamente las verdades a su favor y así jamás tendremos la posibilidad de cumplir con la responsabilidad implícita de aquel viejo proverbio, según el cual no hemos heredado el mundo de nuestros padres, sino que lo hemos tomado prestado de nuestros hijos.
El Universal


Traducción del artículo en El Universal: The Amazon
Apart from knowing it as the main lung of the earth, I know little about the Amazon. Since I never believed its jungles could sustain very profitable economic activities, I never worried too much about the felling of his trees. I thought that the ecological ravages would advance with relative slowness, and if it became too serious, it could always be stopped with a little good will and some resources. I'm not so sure about that anymore.
In a recent study by Sergio Margulis, published by the World Bank, he argues that livestock in the Amazon lands is a highly profitable activity, from the private perspective. Parallel, in an article published in the Clarín, of Buenos Aires, I read that those same lands, where until recently cows grazed, are now being destined to the most profitable cultivation of Brazil, soybean; its demand has been driven by the economic growth of China.
Whether it's livestock or soy, the truth is that everything would seem to indicate that cutting the Amazon trunks is great business. Consequently, the opportunity cost of not developing the Amazon is rising, hence, the time has come, to really think about the necessary resources to protect our little planet. The challenge is immense, trapped in a world where in developed countries the short-term matters more (the financial results of the next quarter) and in the non-developed where they can only think of today and not on the next morning, when they use discount rates that are heightened by the despair of hunger and unemployment.
The Amazon threat is global and current ... President Lula recently expressed that "you cannot treat this region as if it were something of the other world, untouchable, in which people are not entitled to any benefit."
Where to start? I don’t know, but given the scarcity of resources and the immensity of the problem, a greater objectivity is essential in the economic analysis of the costs and benefits of the different energy alternatives. The economic interests of oil, coal, windmills, solar panels, nuclear plants and other energies, shamelessly twist the truths in their favor. As a result we might never have the possibility of fulfilling the implicit responsibility of that old proverb, according to which, we have not inherited the of our parents, but we have borrowed it from our children.