enero 29, 2009

La bomba AAAtómica

Los desequilibrios entre los países con superávit, encabezados por la China y los países con déficit, encabezados por Estados Unidos; así como la creencia generalizada de los mercados de haber derrotado la inflación para siempre, logrado diluir los riesgos hasta hacerlos desaparecer en el océano global y eliminado la volatilidad excesiva de los mercados, proveyeron el uranio enriquecido necesario para fabricar la bomba que provocó la reciente crisis financiera mundial.

No obstante, y que nadie se equivoque, la bomba AAAtómica financiera, la construyeron, sin intención, los reguladores de la banca en el Comité de Basilea, al ignorar que algo que se percibe como menos riesgoso puede generar descuido y por lo tanto ser mucho más peligroso que algo que todos conocen como riesgoso y estimula la precaución.

Los principales elementos de la bomba AAAtómica fueron los siguientes:

1. Unos requerimientos mínimos de capital para la banca basados en el riesgo percibido que los deudores no cumplan con sus pagos. Lo anterior si bien obligaban a la banca tener bastante capital para cubrir las operaciones riesgosas, al mismo tiempo les permitía tener muy poco capital para aquellas calificadas como de menores riesgos, con lo que se le dio inicio a un inmenso apalancamiento del sistema financiero.

2. Las calificadoras de créditos (CC). Para establecer los riesgos se nominó a 3 CC creando un oligopolio de información de riesgo, al mismo tiempo que se enviaba a los mercados un contundente mensaje subliminal que decía "Si las CC son lo suficientemente buenas para el Comité de Basilea deben ser buenas para Ustedes". Un regulador con algo más de sabiduría tenía que haber entendido que el incentivar al mercado para seguir las opiniones sobre riesgos de sólo unos pocos, tarde o temprano tendría que resultar en una catástrofe.

Dicho y hecho, las calificadoras de crédito señalaron con sus AAA a unos instrumentos financieros que estaban garantizados con unas hipotecas otorgadas al segmento de mercado conocido como "subprime", pero que pagaban algo más que los rendimientos otros instrumentos que portaban el mismo AAA. Lo anterior produjo una avalancha en la demanda de tales títulos, la cual sólo era posible satisfacer con hipotecas cada día peores, pero aun así siguieron siendo considerados AAA. Cuando entonces trillones de dólares finalmente desaparecen sobre el precipicio "subprime" y caen sobre un sistema financiero altamente apalancado, se detona la primera bomba AAAtómica.

Hoy el Comité de Basilea y las calificadoras de crédito siguen haciendo lo mismo y si algo discuten, es la posibilidad de elevar aún más el poder explosivo de la AAAtómica haciéndonos creer que las calificadoras de crédito, de ahora en adelante, serán mucho mejores, por lo que podemos seguirlas con mayor confianza. ¡Sálvennos! Ya la bomba AAAtómica que detonó causará más tragedia y miseria que las dos bombas atómicas antes detonadas.

enero 22, 2009

Einstein en Venezuela

De nuevo Venezuela se enfrenta a la triste realidad que otro ciclo de altos precios petroleros solo le ha permitido a unos elegidos imponerle sus reales ganas, sin dejar nada que razonablemente le compense al país el haber extraído a diario unos cuantos millones de barriles de lo que la Providencia generosamente nos dejó. Si las generaciones venideras nos solicitasen una rendición de cuentas, no tendríamos donde escondernos para ocultar nuestra vergüenza… ¿O será que somos tan sinvergüenzas que ni siquiera conocemos de ese sentimiento?
Albert Einstein, de visitarnos, no tendría que inventar nuevas respuestas para describir lo que nos pasa. Le oigo decir "si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo", lo que para mí solo significa que es hora de dejarnos de creer en el milagro de encontrar alguien capaz de sembrar bien nuestras resultas petroleras o, de darse ese milagro, creer que sea repetitivo, para que los milagrosos no sean seguidos por otros que lo echen todo a perder.
¿Y cómo lograr eso? Einstein respondería "La formulación de un problema, es más importante que su solución". Lamentablemente en nuestra Venezuela ni siquiera discutimos la posibilidad que el resultado promedio de tener a todos los venezolanos responsabilizados cada quien por sus propias resultas petroleras pueda ser superior al resultado de tener todas esas mismas resultas administradas y sembradas por el cacique de turno.
¿Por dónde comenzamos? Einstein dijo: "Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio" y en eso tiene razón. No obstante no queda otro remedio de darle y darle, hasta derrumbarlo, a ese prejuicio, alimentado por quienes buscan ponerle sus manos a nuestras resultas petroleras, según el cual el venezolano es irremediablemente incapaz e irresponsable, a menos que se le someta a un interminable proceso de educación que no prevé un acto de graduación.
Einstein decía "Hay dos formas de ver la vida: una es creer que no existen milagros, la otra es creer que todo es un milagro". Creo en el milagro de poder convertir a nuestra Venezuela en una nación de sembradores en lugar de lo que somos, un país habitado por decepcionados receptores de malas cosechas.
Ya oigo a muchos decir: "¿y qué sabe ese Einstein de los venezolanos como para creerse tener el derecho de venir aquí a darnos consejos?", a lo que Einstein nos replicaría: "¿qué sabe el pez del agua en la que nada toda su vida?".

enero 19, 2009

Solo somos unos subyugados súbditos

"Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana…". Parte del Discurso de Angostura pronunciado por Simón Bolívar en 1819.

Lo anterior, con lógica, se cita mucho para rechazar los deseos bastante naturales del cacique de turno de quedarse eternizado en el poder.

No obstante, la verdad es que no importaría tanto el que un mismo ciudadano permaneciese por mucho tiempo en el poder si ese poder fuese debidamente limitado. Pero, mientras el poder del Estado venezolano se nutre tanto de las resultas petroleras aquí podemos elegir gobiernos totalmente nuevos cada año y aun así seguir bajo la misma tiranía.

Lo digo por cuanto ya esta más que demostrado que el ciudadano venezolano hace tiempo se subyugó y se acostumbró a ser tan pero tan obediente que ni siquiera le pasa por la cabeza la posibilidad que pueda ser él mismo quien administre y siembre de manera directa sus propias resultas petroleras.

Que un comunista o un salvaje pseudo-capitalista-amigote-del Estado esté feliz con el como se organiza en Venezuela la administración de las resultas petroleras no lo dudo un instante pero, el que los socialistas o los capitalistas y liberales que predican la importancia de los mercados debidamente regulados para la toma de decisiones económicas lo acepten, sin discusión, sólo resulta del haberse subyugado ciegamente a quien controla la chequera petrolera, o sea la corona, el manto y el cetro de nuestro reino petrolero.

Cuando Bolívar dice "Un justo celo es la garantía de la libertad republicana" se referiría hoy directamente a la necesidad de republicanamente reclamar que nos sean entregadas directamente las resultas petroleras, por cuanto ya no deberíamos aceptar más nunca a reyes o reyezuelos que se creen sabihondos y actúan todopoderosos.

Que el cambiar una monarquía petrolera por una democracia petrolera sea algo fácil, nadie lo ha dicho. El proceso para desintoxicarnos de ese veneno que nos tiene a todos los venezolanos sentaditos esperando todo del Estado, elección tras elección, desilusión tras desilusión, siempre con una misma boba fe en el quítatetú-paraponermeyo de turno, no será nada rápido; justo por lo cual debemos comenzarlo cuanto antes, por el bien de nuestros descendientes.

Lo que sí les puedo garantizar es que lograr instaurar una real democracia petrolera en Venezuela produciría un venezolano más fuerte, más rebelde, más responsable, más venezolano, en fin, más como un Simón Bolívar de nuestros sueños.

enero 08, 2009

Echando el resto

No hay manera de explicarle a un ciudadano normal de un país normal el solo concepto de un Estado entregando divisas, a un precio muy por debajo del que debería ser su precio de transarse en un mercado libre, a los ciudadanos que deseen y tengan con qué viajar. Quien infringe la Ley y negocia su cupo de hecho aún cuando no de derecho se comporta de manera más responsable que quien se distrae en un viaje subsidiado al exterior.
No hay manera de explicarle a un ciudadano normal de un país normal el solo concepto de un Estado entregando un dividendo petrolero regalando gasolina a quienes tienen el vehículo necesario para cobrarlo. Quien infringe la Ley y contrabandea la gasolina al exterior de hecho aun cuando no de derecho se comporta de manera más responsable que el que quema la misma gasolina en una cola.
No hay manera de explicarle a un ciudadano normal de un país normal un control cambiario que abarata las importaciones pero al mismo tiempo imposibilita el mantener la competitividad del país en los productos transables. Quien infringe la Ley y con sus bolívares adquiere divisas para salvaguardarlas en el exterior de hecho aun cuando no de derecho se comporta de manera más responsable que el que consume cachivaches importados.
Darle a algunos solo por cuanto se visten de rojo rojito y a otros solo por cuanto pueden acceder los subsidios regresivos es para todos los fines prácticos, exactamente lo mismo. La tracalería no tiene color… la tracalería de muchos de los dizque bolivarianos es igualita a la tracalería conscientemente inconsciente de muchos de los escuálidos.
Con frecuencia he sostenido que a nuestro querido país no debemos buscarlo donde creemos haberlo perdido, sino buscarlo donde lo queremos encontrar y donde yo quisiera encontrarlo simplemente no debe haber cabida para las locuras descritas ni lugar para justificar los abusos propios sobre la base de los abusos de los otros, entre las cuales siempre se encuentran las imbatibles tracalerías del tracalero mayor de turno.
Pero, con una oposición incapaz de protestar las irracionalidades cuando estas benefician los bolsillos de quienes creen sus simpatizantes, conseguir a nuestro país donde merece estar, es una misión casi imposible. A Venezuela la providencia le entregó el petróleo pero también las elites menos elites que puedan existir. Imagínense, éstas ni siquiera discuten la posibilidad que sea el ciudadano y no el Estado el responsable por la siembra de las resultas petroleras.
Como de nuevo alguien buscara negar su responsabilidad acusándome de estar influenciado por una herencia escandinava… de nuevo les recuerdo que la seriedad, la racionalidad económica, la justicia y el orden no tiene absolutamente nada de incompatible con un país de ciudadanos alegres y contentos… esa teoría de país tropical, solo la siembra y la enseña los que disfrutan de abusar y de revolcarse en una suciedad compartida.
Por favor, nuestro país y nuestros hijos se merecen mucho más que una nueva capa de pintura, se merece que lo reconstruyamos por completo.

enero 01, 2009

La multa

Leí sobre la multa de unos 1.400 millones impuesta por las autoridades de Estados Unidos y de Alemania a la empresa Siemens por haber incurrido en actos de corrupción de funcionarios públicos en Argentina, Bangladesh, Irak, Israel, Rusia y Venezuela con el propósito de adelantar sus negocios.

Habiendo escrito sobre la necesidad de combatir la plaga de la corrupción atacando por igual a corruptos y corruptores, sin duda me contenté con la noticia; aun cuando presentí que la actual crisis económica mundial diluirá bastante lo que se puede haber alcanzado triunfando en esta escaramuza.

Lo que sí no logre entender, por cuanto ni siquiera se discute es… ¿quién se queda con la multa?

Dado que estamos entre quienes hemos sufrido los costos directos derivados de los actos de corrupción multados… ¿nos tocará percibir una parte de la multa como compensación?

Si los gobiernos de Estados Unidos y Alemania deciden quedarse con toda la multa por cuanto el corruptor cometió un crimen en estos países corrompiendo a funcionarios públicos extranjeros… ¿podemos, como sociedad civil perjudicada, también acudir ante las cortes o las autoridades de Estados Unidos y Alemania?

Digo sociedad civil por cuanto según leo a un diputado decir la Asamblea Nacional no tiene planteado investigar el caso, a menos que la denuncia sea consignada por canales regulares, ya que por lo general la Asamblea "no estila" proceder a la investigación por notitia criminis… aun cuando me imagino que el diputado se refiere ante nada a la notitia criminis que incomoda.

Yo no soy abogado pero como observo que con frecuencia los casos criminales al poco rato dan lugar a casos civiles, de nuevo pregunto: ¿que pasaría si un grupo de ciudadanos venezolanos intentamos una acción de clase en Estados Unidos y en Alemania, en contra de Siemens y en contra de quienes cayeron en la corrupción?

De repente con ello convertimos una escaramuza en una batalla de real importancia estratégica para la guerra contra la corrupción.

Por cierto que me perdone la Siemens… no tengo nada personal en contra de ellos… lo que pasa es que sí tengo mucho, personal, en contra de los corruptos, los corruptores y la corrupción.

Compatriotas, en un mundo globalizado, cualquier corte que nos puede servir, nos puede servir.