febrero 05, 2009

¿Nuestras elites?

En una discusión sobre cómo lograr buenos gobiernos se mencionó la importancia de estructurar los incentivos de manera tal que las elites se interesasen en tener un buen gobierno y de manera tal que neutralizase la natural oposición de las elites a la apertura y la inclusión.

Con respecto a lo primero considero que el interesarse por el buen gobierno de su país ya de por sí debería ser una condición inherente a las elites por lo que quienes se creen elites y no lo hacen serían solo simples usurpadores de la elite.

Con respecto a lo segundo y por cuanto el concepto de elite parece implicar algo de permanencia en el tiempo, de repente una excesiva apertura e inclusión pudiere resultar en una excesiva movilidad social que podría dificultar la configuración de una elite en un país.

No obstante lo que más me pasó por la mente fue lo siguiente: ¿Si existiese un índice mundial sobre las elites dónde ubicarían las elites del mundo a la elite venezolana? ¿Dónde, entre todas las elites del mundo, se ubicaría la elite venezolana a sí misma?

Yo estoy seguro que la ausencia de una contundente crítica de parte de quienes pudiesen considerarse la elite venezolana a los subsidios regresivos implícitos en la gasolina regalada y en nuestro sistema cambiario colocaría a la elite Venezuela entre las últimas.

Igualmente estoy seguro que muchos de quienes se considerarían a sí mismo formar parte de la elite venezolana colocarían a la elite venezolana entre las primeras, sólo a cuenta de sus marchas protestando un gobierno eminentemente malo.

La diferencia en la percepción debería llamar a la reflexión. Frecuentemente se oye decir que "el pueblo tiene el gobierno que se merece" ¡Mentira! El pueblo tiene el gobierno que se corresponde con la calidad de la elite del país.

Llevo tiempo argumentando que debemos entregar las resultas petroleras directamente a los ciudadanos para que sean ellos quienes aprendan sembrar y las siembren, pero, quienes se creen elite, casi siempre me responden que los venezolanos no son de confiar y que solo desperdiciarán tales recursos. Como yo confío más en los ciudadanos venezolanos como ciudadanos, que en las elites venezolanas como elites, de repente son nuestras elites las que más necesitarían de la descentralización de las resultas petroleras para aprender.

El Universal
Noticiero Digital