abril 21, 2011

Jóvenes desempleados… ¿por siempre?

De nuevo, como parte de la “sociedad civil”, sea lo que sea que signifique eso, no estoy muy seguro de ello, participe en las reuniones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional el fin de semana pasado en Washington. Una de los principales temas discutidos, eran los horripilantes números sobre el inmenso desempleo juvenil que agobia el mundo y que, por todo lo que oí, me parece que no se sabe cómo solucionar. Mis varios comentarios sobre el tema, en representación de mis aun no nacidos nietas y nietos fueron:
Si los jóvenes quieren conseguir empleos tienen que demandarlo con mucha más fuerza. Estoy seguro que una Ley que establezca que una vez la tasa de desempleo juvenil exceda cierto límite se hará un sorteo entre todos los funcionarios públicos, mayores de por ejemplo 50 años, para que un porcentaje alto de ellos tengan que renunciar y brindarle la oportunidad a los jóvenes… energizaría la atención del gobierno al problema. En mis adentros oía una pequeña voz que me recordaba la no plenamente confirmada antigua tradición vikinga, de sus viejos lanzarse voluntariamente por un precipicio, ättestupa, cuando ya no le eran útiles a la sociedad.
En el mundo los reguladores han impuesto unos requerimientos de capital a los bancos basado en los riesgos de incumplimiento percibidos por las calificadoras de crédito. Por cuanto los mercados ya incorporan esa información de riesgo en sus tasas de interés, eso significa que la misma información se considere dos veces, con lo que exageradamente se empuja a la banca hacia lo que oficialmente se percibe como de poco riesgo, triple-As y gobiernos, y alejándola de lo que oficialmente se percibe como de mayor riesgo, tales como los pequeños negocios y los empresarios… justo los que más chance tienen de crear empleo. Los jóvenes deberían oponerse a aquello y exigir que los requerimientos de capital de la banca se alineen mejor con el potencial de crearles empleos.
Si un joven (o un viejo) tienen intereses que los ocupen cuando están desempleados quizás basta suministrarles algo de comida y ropa para que se defiendan pero, si no tienen intereses sanos y por lo tanto pueden caer en la tentación de malas actividades, habría que además ponerles costosos policías al lado. En tal sentido preguntaba: “si se sabe que cientos de miles o millones habrán de estar desempleados, quizás de por vida ¿qué educación se les puede dar?” ¿Una maestría en desempleo? En cierto sentido esto está bastante relacionado con los escritos de Thorstein Veblen sobre la clase ociosa.
Igualmente oí un debate sobre los recientes incidentes en algunos países árabes. La mayoría de los panelistas mantenían que lo que verdaderamente provocó los estallidos en curso no era tanto que existiesen desigualdades sino que el origen de éstas se identificase como injusta. Pues bien, aquellos jóvenes de países donde sus gobiernos generación tras generación desperdician valiosos recursos naturales, como el petróleo, deberían exigir que las resultas de estas les sean entregadas directamente a ellos, para ellos mismos tener la oportunidad de ponerlas a mejor uso, sin tener que coserse bocas o vestirse de rojo para chuparle las medias a unos mediocres. 
Algo dramático hay que hacer ¡YA!... por cuanto si no parece que lo única oportunidad para muchos jóvenes desempleados de salirse de su situación, es solo cuando se conviertan en unos viejos desempleados.

abril 14, 2011

Se necesita el candidato necesario

Imagínense el haber ganado las elecciones del 2012, con lo que ello debe haber creado expectativas al país, y al reunir al nuevo gabinete en su primera sesión tener que iniciar preguntando: “¿Cómo hacemos para aumentar la gasolina… urgentemente… como unos 1.000 por ciento… por lo menos? ¿Alguien conoce algunos de los que perdieron las elecciones y que quieran ayudarnos en venderle al país ésa realidad? ¿Cuál será su precio por colaborar? Si sí, yo conozco todos los argumentos, tal como que el regalo presente en solo dos tanques de gasolina supera el valor de una beca… pero… ¿cómo le explicamos a la nación que no dijimos ni pío sobre esto antes?”
Para lograr salir de la actual maraña de complejos e ineptitudes que obstaculizan la ruta del país hacia un futuro mejor, no solo se necesita de ganar las elecciones del 2012, sino además asegurar que ese triunfo no termine siendo pírrico a causa de la ingobernabilidad del país.
En tal sentido no me cabe dudas que el candidato que se necesita, tanto para ganar como para gobernar, debe ser uno que no le disguste, en demasía, a los desilusionados con la cuarta y con la quinta. Y digo “no les disguste, en demasía” por cuanto, para los desilusionados, no creo que haya un sólo venezolano que pueda gustarles en demasía… entre otras razones por cuanto nuestras elecciones sólo siguen siendo un mediocre quítate-tú-para-yo-administrar-mejor-el-petróleo.
Si yo fuese candidato, lo que no soy, haría lo siguiente:
Primero: Anunciaría que delegaría todos los poderes presidenciales, por todo el periodo, en una Junta Reconciliadora integrada por 5 miembros. Uno por los que conocemos como la oposición, otro por lo que conocemos como el oficialismo, dos honorables Ni-Ní y el presidente.
Segundo: Anunciaría la intención de efectuar un referéndum constitucional para lograr imponer un límite estricto sobre el monto de nuestras resultas petroleras que anualmente puede ser apropiada directamente por el gobierno. Ese límite sería el monto menor de: el 25% de lo que el Estado recibe en pagos de impuestos de sus ciudadanos; el 15% de las exportaciones; o el 5% del PIB. Todas las resultas petroleras que sobrasen serían depositadas en un fondo manejado por una Junta apolítica y sólo podrían usadas mediante pagos directos y en partes iguales a la ciudadanía.
Tercero: Anunciaría el final de todos los subsidios ocultos, tales como los presentes en el actual sistema cambiario, sustituyéndolos por subsidios directos debidamente contabilizados y aprobados vía el presupuesto de la nación.
Cuarto: Anunciaría el aumento de la gasolina, 1000%, comprometiendo a invertir el 30% de los recursos obtenidos en sistemas de transporte público que puedan competir con los logrados en muchos otros países hermanos.
Quinto: Anunciaría que hasta que no tuviésemos la mejor educación primaria del mundo no me interesa mucho la secundaria y que luego, mientras no tuviésemos la mejor educación secundaria no me interesa mucho la educación universitaria. El país se construye de abajo hacia arriba y no tapando desde arriba los huecos con resultas petroleras.
Sexto: Iría a la iglesia a rezar porque el país me acompañase por esta ruta, o a otro por una ruta similar; lo cual sería lo único que pueda hacer de Venezuela un país grande y querido por todos; así como hacer de sus ciudadanos unos ciudadanos de primera… en lugar de los pobres mendigantes de favores petroleros que hoy somos… todos.
El Universal