enero 26, 2012

El 12 de Febrero yo votaré por…

De tín marín de don pingüé cúcara mácara títere fue...o sea el nombre que me aparezca en un papelito doblado, que habré sacado, con mi inocente mano, de una tómbola casera que contiene los nombres de cada uno de los candidatos.
Y no es por cuanto no sienta yo más simpatías especiales por uno u otro de ellos, o, como en la Venezuela de hoy ridículamente habría que decir, uno u otro de ellos o ella, claro que las tengo. Lo de echarlo a la suerte, es por lo siguiente:
Primero, por cuanto el librarnos del cacique actual tiene muchísima mayor importancia que el tener una buena puntería en seleccionar quién será el cacique del próximo turno.
Segundo, aun cuando mi candidato, el ciudadano, no corre en estas primarias, hay que apoyar y sumarle votos a la oposición. A nosotros, los hartos de elegir caciques solo para que nos gobiernen y dominen con nuestras propias resultas petroleras, nos parece que será más fácil plantear un referéndum sobre el tema, de ser cualquiera de ellos el cacique.
Tercero, por cuanto en verdad ninguno de los candidatos ha logrado ser más candidato por fuerza propia, que candidato por fuerza de oponerse al cacique de turno, me parece bastante justo que mi selección resulte de una lotería entre la unidad de oposición.
Cuarto, por la sencilla razón que detestaría que el próximo cacique pueda llegar a creer que yo lo elegí tras un cuidadoso análisis, con lo cual yo pudiese llegar a ser en algo culpable de generarle un sentimiento de ungido.
Y quinto, por cuanto si no podría caer en la terrible tentación de comenzar mi próximo artículo con un venezolanísimo "¡Felicitaciones! Como sabes, siempre voté por ti y siempre te apoyé. Aquí me tienes a tus órdenes".
¿Significa esto que no estoy 100% con la oposición? ¡Por supuesto que no! Tan estoy 110% con la oposición que el día que se cambie al actual cacique, ese día, a más tardar, voy a una oposición II... la que busca entregar a los ciudadanos la responsabilidad de ser los sembradores del petróleo.
Como un venezolano que vivió el vertiginoso aumento en los ingresos petroleros desde 1974, lo cual desequilibró nuestro país y rebajó al ciudadano a ser inconscientemente un pedigüeño, permítame asegurarles que no hay absolutamente nada entre todo lo que esgrimen los candidatos, que me indique que alguno de ellos estaría en capacidad de sembrar mejor las resultas petroleras que los caciques del antaño.
Cuando en los "Lineamientos del Gobierno de Unidad Nacional" se dice que los logros de la descentralización venezolana en el período 1990-1998 fueron muchos a pesar de "una baja sustancial de los precios petroleros", no olvidemos que algunos de esos logros se dieron justamente por cuanto los ingresos petroleros no apabullaron.
No seamos ilusos creyendo en una descentralización basada en que las resultas petroleras pasen en un mayor grado del Estado central a los estados y municipios... si bien eso nos puede salvar de un ataque del corazón, los riesgos de sufrir serios coágulos en las extremidades aumentarían mucho.
Solo una descentralización que haga pasar las resultas petroleras por los bolsillos de los ciudadanos, antes de llegarle al presidente, gobernadores, alcaldes y círculos íntimos, nos hará país, en lugar del poblado que somos.
La increíble amplitud del programa de la oposición evidencia lo entrampados y embarrados que nos encontramos en nuestro Estado petrolero. Sana, sana, parte posterior de rana, si no sanas hoy, sanarás mañana.

enero 19, 2012

Mi ensalada

Uno. Exijo que las resultas petroleras, vía un fondo, se repartan entre los ciudadanos, por igual, en la medida que la economía esté en capacidad de absorber éstas sin causar desequilibrios macroeconómicos. 
Y se me responde: "Su idea es inviable porque culturalmente el venezolano no está preparado para esto y logísticamente habría tantas instancias para corromper el sistema. No solo eso sino las elites aventajadas culturalmente se aprovecharían de las asimetrías en su beneficio como siempre han hecho en este país. En alcohol, mujeres, tabaco y juego terminarían sus famosas regalías petroleras". 
En cuanto a lo de "corromper el sistema" el solo hecho de fijar los ojos de 30 millones de venezolanos en esa libreta de ahorros, produciría un manejo mucho más pulcro que toda la supervisión oficial de un Congreso y un Contralor General estrella. 
En cuanto a lo del "alcohol, mujeres, tabaco"... ¿No implica eso entonces que el voto de un venezolano, al elegir el cacique, estaría en función del alcohol, las mujeres y tabaco que se le ofrezca? ¿No es mejor que los venezolanos puedan consumir libremente sus vicios, con lo que les alcance su cuota parte de resultas, y no tengan que además prostituirse para eso, y con eso prostituirnos nuestra democracia? 
En cuanto a las "asimetrías", no me hagan reír. ¿Qué mayor fuente de asimetría que la de concentrar en un cacique, o como proponen algunos, en unos pocos caciquillos federales, todas nuestras resultas petroleras? 
Dos. A la diputada María Corina Machado hay que felicitarla por un excelente y oportuno llamado de atención al cacique, por su abusivo y largo auto-ensalzamiento de ego magullado. No obstante, no nos olvidemos que para muchos de nosotros, más abusivos que esos discursos, son las tantísimas promesas de los candidatos dirigidas a demostrar que ellos sí son capaces de administrar, para nuestro bien, nuestras resultas petroleras. Los primeros fastidian muchísimo, pero con las segundas, se declara la incompetencia del ciudadano. ¿Cuándo significará la oposición una verdadera nueva alternativa, en lugar de solo una muchísima mejor continuación? 
Tres. Como el héroe de una comiquita, de esas que con tanto gusto leíamos a escondidas en nuestra niñez, el mandatario nacional exclamó: "Ellos verán, pero nosotros no nos vamos a doblegar ante el imperialismo y sus tentáculos". El hecho que una expresión de esa naturaleza no cause mayor revuelo, refleja el ego inseguro de un poblado de individuos que han delegado el manejo del país en un héroe de comiquita. Sin duda, para pasar de ser un poblado tipo comiquitas a ser un país serio, necesitamos de la kriptonita de repartir a la ciudadanía sus resultas petroleras. 
Cuatro. Los fracasos de esta revolución en lo de la implementación, aún cuando suene increíble, superan hasta lo fracasado de sus fantasías ideológicas. Y por ello, el serrucho se les trancó. Llegado el momento de tener que abandonar el poder, de seguro que habrá unos cuantos muy interesados en que eso no ocurra, pero no tienen con qué impedirlo. Las fuerzas armadas venezolanas, no han ni remotamente llegado a esa locura de aceptar la idea de dispararles a compatriotas en masa, sólo para mantener algunos otros en el poder, tal como hemos visto ocurrir en países más retrasados. 
Cinco. ¿Quién controla la Lista Tascón? Lo digo por cuanto el precio que muchos camaleónicos oficialistas desearían pagar por el poder quedar incluidos en ella, sube día a día. Sólo véales los ojos.