mayo 31, 2012

¿El Estado? ¡A lo suyo y que no moleste!

¿Querrá o se atreverá el país envejecer otros seis años más de la manera como ha envejecido los últimos casi catorce? ¡No! Y estoy seguro que cuando Henrique Capriles gane la elección, por lo menos habrá un amanecer, en lugar del continuado anochecer que estamos sufriendo.
Pero para que ese amanecer nos lleve a un buen final del día, es indispensable que desde un principio discutamos críticamente los planes de la oposición, antes que el nuevo gobierno se nos sumerja en los abrumadores aplausos de sus focas de turno.
Por ejemplo lo que menos me gusta del "Plan de Empleo Para Todos" de Henrique Capriles... es que le asigna al Estado un exceso de responsabilidad, por lo que simplemente, en un mundo donde la creación de empleos se ha convertido en uno de los dos retos más grandes que enfrentan todos los países, me hace dudar que pueda llevar a crear empleos mucho más allá de lo que la chequera con las resultas petroleras aguante.
Para que la curiosidad no los distraiga, el otro reto a que me refiero, es por supuesto el cómo asegurar que el mundo, ambientalmente, permanezca vivible, para los nietos de nuestros nietos.
El Plan Empleo de Henrique está cargado de buenas intenciones, y estoy seguro que los encargados de implementar tal plan lo harían infinitamente mejor que los actuales desempleadores... pero el problema tradicional nuestro, es justamente el exceso de buenas intenciones gubernamentales; que resulta en que no hacemos otra cosa que tropezarnos con ellas, vez tras vez tras vez.
A mi gusto el plan debería haber sido mucho más tajante en afirmar que el rol del gobierno no es ni debe ser el de crear empleos, sino el de facilitar, o por lo menos no dificultar, que el sector privado lo haga. En otras palabras, dejar bien claro que el gobierno, con sus actuaciones, solo podría, como lo hace hoy, garantizar la falta de empleos, pero no la creación de empleos.
Me hubiese encantado haber leído un plan de empleo en el cual, justamente a tal fin, Henrique Capriles, se comprometía asegurarle al país una buena seguridad ciudadana, el cumplimiento de las leyes, el buen suministro de electricidad y agua, razonables comunicaciones internas y una buena educación primaria... ¡y más nada!
El hecho que unos neo-sabios con necesidad de protagonismo le vayan quitar ni siquiera un segundo de tiempo y recursos a un nuevo gobierno para cumplir con lo que deberían ser sus más urgentes prioridades me causa escozor... y le ruego a mis compatriotas que no le aceptemos más discursos fofos a nadie, sólo por cuanto suenen tan pero tan finos y razonables... Lo único bien fino y razonable es que el gobierno se limite a lo que razonablemente le toca.
Una constitución, antes que nada, se redacta para proteger a la ciudadanía de la acción del Estado y, si en algo falla mucho nuestra actual Constitución, es en el no limitar lo suficiente los inventos y las ocurrencias que el Estado, o su cacique de turno, puedan acometer, por lo menos sin antes haber cumplido con sus responsabilidades básicas.
En nuestros país, nuestros burócratas, gracias a las resultas petroleras, pasan de la primaria a creerse unos Doctorados... como ese ministro de planificación que no ha hecho más nada que planificar en cómo convertirnos en unos pobres, inútiles y dependientes petro-adictos.
¡Qué buena broma con estos políticos que se quedan con nuestras resultas petroleras... a la fuerza, tarde o temprano, nos convertirán a todos en unos ultra-neo-liberales!

mayo 24, 2012

¡Pago cien mil dólares por voto!

Dicen que cheque mata galán, y si es un cheque grande, más aún debería ser, por lo que si a populismo vamos, he aquí mi megaoferta electoral:
Si me eligen presidente les entregaré, a cada uno de los que votaron por mí, por concepto de honorarios electorales bien ganados, un bono por cien mil dólares emitido por la República Bolivariana de Venezuela, con vencimiento de un año...y al rato renuncio a favor de mi Vicepresidente, aún secreto, para que ustedes mismos se encarguen de tratar de cobrarle el bono Kurowski.
De repente, con ese golpe de Estado populista, podría insuflarle a nuestro poblado lo que necesita para convertirse en nación.
Y sólo por el hecho de que los ofrecimientos de los demás candidatos sean menos generosos que el mío... ¿eso los hace menos populistas? Es más, si vamos a pecar por populistas mejor que pequemos de verdad-verdad, para así ver si así de repente logramos salirnos de eso una vez por todas.
Ya quisiera yo ver esa reunión de acreedores de la nación, donde de hecho los ciudadanos estarían cobrándole al Estado lo que el Estado ha malgastado de lo suyo durante décadas. Es que ya oigo a mis sucesores buscando un arreglo..."Pero bueno, si el Estado representa a ustedes mismos los ciudadanos"... y a los tenedores de bonos Kurowski respondiéndoles, al unísono, "ese cuento se acabó".
Lo que sí lamento, algo, no demasiado, es por los actuales acreedores de la República, quienes quedarían bastante diluidos con esta emisión de bonos Kurowski... pero quién les manda a meter sus reales en un país de populistas como yo.
Y si luego aseguramos que el bono Kurowski quede cancelado con el derecho a que las resultas petroleras se le entreguen directamente a los ciudadanos, y el Estado se financie exclusivamente con lo que los ciudadanos le cancelen en impuestos, entonces sí sé que habré ayudado imponer una democracia real en mi país.
Es más, de repente puede que, en agradecimiento, hasta me coronen Rey Per I, por supuesto solo como rey figurín, sin mando alguno... pa que no invente echar todo aquello pa tras, ofreciendo pagar otro bono.
¡Austeridad petrolera!
En el mundo las discusiones entre la "austeridad" y el estímulo se están haciendo cada día más intensas, por aquello de necesitarse tanto de recortes de gastos y aumentos de impuestos para reducir déficits fiscales, como del crecimiento económico que pueda generar empleos e ingresos fiscales. No obstante, donde la austeridad sí está logrando avanzar, sin debates y sin nadie que se le oponga, es en el consumo de petróleo. ¡Que nos agarren confesados!
Si como en una democracia que se respete, los candidatos tuviesen que debatir, una pregunta obligatoria sería: ¿cuál sería su respuesta económica de llegar el barril de petróleo a valer "solo" unos 50 dólares?
Y roguemos porque los otros dos candidatos no respondan como el populista Kurowski, quien, ante las dificultades, tendría que aceptar, muy a regañadientes, tener que recortar el bono Kurowski, de cien mil, a solo ochenta mil dólares.
¡Traición!
No soy magistrado, ni siquiera un letrado en leyes pero, pa mí, el haber dividido en lugar de unido al país, el haber llevado a la N potencia nuestra dependencia del petróleo y el haberse robado mucho y malgastado más de la más inmensa bonanza petrolera vista, sin siquiera haber bailado como se debería haber bailado al país, equivale, para todos los fines prácticos si no legales, a una traición gubernamental a la patria... y creo que pa ti también.

mayo 17, 2012

¿Y el aceite de ricino?

La mente de un ciudadano subyugado por una chequera petrolera centralizada, puede irse por vías muy extrañas, así que mucho cuidado con: "Si gana el que no discrimina, voy bien, pero si llegase a ganar el que sí discrimina, y no estoy con él, voy muy mal, así que... mejor déjame asegurarme".
La semana pasada después de haberle solicitado a Henrique Capriles, mi candidato, que ponga las cosas de la gasolina regalada en su lugar, me llegó un email donde se me explicaba que eso seguramente no ocurría por cuanto mi candidato no quería alienar a nadie. ¿Cómo es la cosa? Si hay algo en Venezuela que necesitamos alienar de inmediato, es la sinvergüencería que anda jugando garrote.
El país está dividido entre los que saben que las cosas andan muy pero muy mal, con vicios de poder empeorar, mucho, y los que se ilusionan con la posibilidad de que las cosas no están tan mal y hasta podrían mejorar, un poco.
Los primeros son una clara mayoría, pero para que ellos no solo compren por necesidad lo que la oposición les ofrece, sino que también ayuden a mercadear con entusiasmo la propuesta, esta necesita incluir una buena dosis de aceite de ricino, por cuanto, sin ello, simplemente no es creíble.
Y por lo cual, vuelvo a insistir... es indispensable agarrar los toros por los cachos, entre otros al de la gasolina regalada, eso sí con un discurso educativo que ilustre bien sus maldades... un crimen económico de lesa humanidad... una monstruosidad antisocial. La simbología del torero valiente que se atreve, siempre superará a la del torero que sale corriendo.
Y por cierto, ofrézcale a los ciudadanos entregarles sus resultas petroleras como dividendos, en lugar de seguir considerándolas como unas piadosas limosnas de unas misiones... así sean constitucionales.
Y por cierto, váyale recordando a nuestros militares que, a la hora de la verdad, están ahí para defender a Venezuela y a los venezolanos, su nación y su familia, y no a otros... y cualquier duda puede ser fatal.
Y por cierto, váyale recordando a la gente que ningún poblado como el nuestro puede convertirse en una nación a punta de carreras de Formula 1 ganadas y pagadas con 66 millones de dólares de nuestras resultas petroleras... más de seguro gasolina regalada. De saber estos detalles el mundo no tendríamos donde escondernos de pura vergüenza. Una nación se construye, no se compra.
Y por cierto, menciónenle a esos millones de empleados públicos que andan nerviosos por cuanto no están seguros de cómo justificar sus empleos, que el día siguiente de las elecciones podrían quedar desnudos y tener que esperar otros seis años para poner su voto a valer; y por lo cual también es de su interés vital, el que se logre que la economía no petrolera y no del Estado crezca.
Y por cierto, menciónale al país la posibilidad de contratar empresas de investigación para que, contra una comisión de éxito, ayuden al país recuperar lo robado por falsos revolucionarios... para el bien también de los verdaderos revolucionarios.
Sin duda Venezuela necesita de mucha medicina amarga para salir bien de donde se encuentra, y con la ayuda de Dios podría ser de sudor y lágrimas pero sin sangre... pero hoy ni siquiera nos están ofreciendo un placebo amargo. ¡Respeten al país!... basta de mentiritas blancas e ilusiones populistas o piadosas, los ciudadanos no solo necesita de verdades, sino también saben aguantarlas, cuando las saben ser verdades verdaderas.