octubre 04, 2012

El país, del resto de nuestros días

De eso es de lo que trata las elecciones del próximo domingo. Siempre puede ocurrir mucho, especialmente considerando la mortalidad del hombre, o posibles desfiguraciones que resulten de una mega crisis económica, pero, de lo que es un cambio de rumbo para nuestro país, por la vía democrática, o eso ocurre el próximo domingo, o no lo veo ocurriendo durante el resto de nuestros días.
Y detesto la posibilidad que mi país, en el siglo XXI, se siga hundiendo en los recónditos más oscuros del siglo XIX, a cuenta de haber caído en manos de unos resentidos simplones con sus egos y poderes inflados por la chequera con nuestras resultas petroleras.
Oigo a cada rato hablar sobre la participación ciudadana en el proceso democrático, pero, si eso no incluye una significativa participación ciudadana directa en la decisión del qué hacer con nuestras resultas petroleras, cuando éstas son inmensas... todo termina en una farsa bufa.
Y en una Venezuela con tantas necesidades, cuando el de los larguísimos catorce, no encuentra otro discurso que la tan gastada necesidad de evitar que los burgueses apátridas regresen a quitarle a él y a sus compañeritos su manguangua petrolera, esa a la que insolentemente llama patria, eso evidencia que se sabe perdido, y anda asustadito, como pidiendo clemencia.
Amigos, el próximo domingo 7, nos deseo a todos un feliz abrir la ventana, por cuanto el sofoco ya no se aguanta. El aire fresco es indispensable para un buen, o por lo menos mucho mejor, resto de nuestros días. Ya basta de anocheceres, necesitamos amaneceres.
Y les recuerdo a nuestros jóvenes que, el "resto de nuestros días", representa un "resto" mucho más largo para ellos que para nosotros.
No obstante, necesito reiterarles que para lograr un aire sostenidamente fresco, necesitamos evitar a como dé lugar que las resultas petroleras se concentren en pocas manos. Ya, estos años deberían habernos enseñado, más que de sobra, que la prioridad política número uno de todos los venezolanos, es la de no tener que situarnos de nuevo, por enésima vez, en una servidumbre al servicio de dictaduras petroleras... por primitivas o por sofisticadas, por vulgares o por elegantes que éstas sean.
Pues sí, igualmente detesto la posibilidad de que mi país, en el siglo XXI o el siglo XXII, pueda volver a caer en los recónditos más oscuros del siglo XIX, a cuenta de nuevamente caer en manos de unos resentidos simplones con sus egos y poderes inflados por la chequera de nuestras resultas petroleras.
Gobernar tiene que ser más que firmar chequecitos con el dinero de nuestras resultas petroleras, para por ejemplo comprar aviones o satélites. Gobernar es responsabilizarse por cada bolívar nuestro con los que se quedan, o los que les pagamos en impuestos.
Henrique Capriles Radonski, permítame felicitarlo por una campaña verdaderamente admirable... me quito la gorra. Y sepa Usted que el domingo votaré entusiasmadamente por usted, así sea aun cuando en mi opinión supo expresar algo mejor las razones por las cuales no votar por el otro... que las del votar por Usted.
Cuente Usted con mi más sincero apoyo... y con mi más sincera oposición. Deseo profundamente conocer, por el resto de mi vida, que mi voto ayudó a triunfar a una gestión que resultó mucho más que una simple aspirina, un mientras tanto, un hasta que ocurra la próxima tragedia... en otras palabras, que mi voto ayudó a triunfar una gestión que resultó transformadora y constructora de mi nación.