marzo 28, 2013

Capriles no es “La Derecha”

Henrique Capriles con lo que ha sostenido durante sus campañas, difícilmente sería aceptado como miembro de una agrupación ideológicamente de derecha. 
Y posiblemente Capriles hubiese ganado las elecciones pasadas, de haber existido una candidatura de derecha que ayudase a definirlo más como lo que es, un candidato de una centro-izquierda, de una social-democracia europea, de hasta casi un Lula. Esa derecha le hubiese restado menos votos a Capriles, de los que le hubiese permitido capturar del chavismo light. 
Y por lo que cuando oigo a alguien más identificado públicamente con una derecha salir y referirse a Capriles con un "Ese es mi gallo", lo lamento por Capriles y por esa Venezuela que tan urgentemente necesita salirse de este gobierno tan macabramente incapaz... aun a sabiendas que parece medio suicida aceptar la responsabilidad sobre lo que se le avecina al país, a paso apresurado. 
Para alguien social-pragmático como yo, que considera que nuestra Venezuela tiene que lograr desligar el poder gubernamental de la chequera con nuestras resultas petroleras, para que los ciudadanos y la democracia verdadera por lo menos tengan un chance, la prédica de Capriles no me convence. Pero, como el extremista del centro que también soy, igual le tengo pánico a los bordes extremos. 
Existen unas cien mil almas dizquierdistas que andan desaforadas predicando odio ciego por doquier. Por más que puedan asustar a los que hoy están con Capriles, más asustan a muchos de los que votaron por Chávez, quienes andan bien chorreados, quizás por mayores conocimientos de causa. 
Y seguro que existen unos cincuenta mil frustrados con el gobierno, que vociferan y hasta pueden comportarse como extremistas, pero llamarlos de derecha sería un exabrupto. 
Por lo que el reto en Venezuela es llenar el espectro que abarca desde la derecha normal hasta la izquierda normal, con tantas realidades e ilusiones que los extremos no encuentren el oxigeno que les permita multiplicarse. En otras palabras, buscar que ambas agrupaciones extremas, en lugar de atraernos, nos empujen hacia lo que cada quien crea ser su bueno o su menos malo. 
Hoy en Venezuela, para los fines prácticos, no existe la derecha radical; la derecha tradicional conservadora tiene su público, quizás hasta un millón y representada por varias personas; y en el mero-centro, perdónenme el ego temporalmente desbocado, me ubico yo y algunos pocos liberales. Y por lo que es en la izquierda, y por supuesto en el gran oportunismo nacional, donde se encuentra la mayoría de los votos. 
En la centroizquierda o socialdemocracia se encuentra Henrique Capriles; el izquierdismo populista quedó huérfano tras Chávez; el izquierdismo ideológico anda realengo y sumamente frustrado; y Nicolás Maduro representa a ese izquierdismo que busca acomodar o un radical capitalismo personal, u obedecer a una izquierda internacional, en este caso la desfigurada y empobrecedora izquierda de Cuba. 
De entenderse lo anterior, en elecciones democráticas y pulcras, el 14 de abril, Henrique Capriles ganaría, o más bien arrasaría. 
Así que amigos venezolanos de derecha, de centro y de izquierda, cuidémonos de que no se le imponga sentencia de cárcel, con carceleros desquiciados, a nuestra querida Venezuela. 
Eso sí, por supuesto, de asumir Capriles la presidencia, seguiré en la oposición reclamando para la ciudadanía sus resultas petroleras, aun cuando habrá políticos y burócratas que burlándose opinen "¡Jamás nos las quitarán!"

marzo 21, 2013

Maduro perderá, por demasiado pasado

Hace poco creía imposible que la oposición tuviese tiempo para montar una real ofensiva electoral al chavismo. Ya no. No contaba con la capacidad de Maduro y sus íntimos, de pasarse tan de maracas e inventar tanto maloso en tan poco tiempo. 
Chávez lograba dirigirse con fuerza a sus más radicales, pero por simpatía y habilidad, siempre dejaba la puerta abierta para que una numerosa parte de la población, esa no tan enferma de resentimiento agudo, no enfrentase obstáculos imposibles al momento de querer votar por él.
No así Maduro, el desfile de barbaridades que actualmente observamos, impedirá a millones de chavistas a votar por él. 
Las relaciones de Chávez con Cuba, si bien le resultaban muy incómodas a la mayoría chavista nacionalista, le eran perdonadas, por cuanto se percibía que por lo menos mantenía una relación del tú a tú con los cubanos, y lo cual no dejaba a Venezuela totalmente humillada. No así Maduro, quien despliega las características de ser un incondicionalmente sumiso a Cuba, y por lo que muchos chavistas presienten que en él no hay quien defienda a Venezuela. 
El chavismo está también consciente de que Chávez nombró a Maduro heredero para, como presidente, llevar su revolución adelante, pero no así para que Maduro y su grupito íntimo, se tomasen las prerrogativas de actuar como siendo ellos Chávez. ¿Querrá Maduro también un puesto en el Panteón? ¿Querrá Maduro también quedar embalsamado? ¿Cree Maduro que Chávez hubiese aceptado ver su revolución convertida en una simple dinastía roja hereditaria? 
¿Será que Maduro no entiende que por cada chavista nutrido por el resentimiento oficialista, hay diez que intuyen muy bien que el resentimiento no es nada productivo y que ante nada perjudica al resentido? 
¿Y será que ni siquiera Maduro y su gabinete de juguete se preguntan cuánto más estará pagando Venezuela y Pdvsa en intereses, sólo por asustar a los acreedores con declaraciones tipo Corea del Norte? Y todo como si los acreedores ya no andaran lo suficiente nerviosos preguntándose, sobre si el chavismo sin Chávez, tiene cómo convencer a los suyos en honrar las deudas. 
¿Y será que Maduro y sus íntimos no entienden que por cada llamado a los milicianos que hacen, se les para los pelos de punta a la inmensa mayoría de chavistas que no son milicianos? 
¿Y será que Maduro y sus íntimos no entienden que incitar a los que asustan, anima la criminalidad callejera y hace aún más ingobernable el país? 
¿Y será que Maduro y sus íntimos no entienden que incitar a los que asustan, azuza el fuego de ese paralelo cambiario que no se puede nombrar? 
¿Y será que Maduro y sus íntimos no entienden, o no les importa, que las consecuencias de incitar a los que asustan, lo pagarán ante nada los pobres? 
¿O simplemente será que Maduro y sus íntimos no entienden que ni remotamente tienen, la capacidad de Chávez para luego controlar a quienes han incitado asustar? 
La revolución bolivariana es un producto malo que debería ser etiquetado con: "Advertencia, siembra odios y es peligrosa para el país". No obstante Chávez agarraba su producto con mucho cariño en sus manos, y cuan encantador de serpientes publicitario, lo sabía vender a muchos. 
Maduro, por cuanto se le ve que para nada le convence ese producto, trata de venderlo de manera obligada. Así no comprará la mayoría del chavismo la revolución, y menos aún la gran mayoría del país. Así que Maduro perderá, por demasiado pasado.

marzo 14, 2013

Hay que enderezar su torcido legado

Hugo Chávez deseaba ayudar a los pobres a salir de su pobreza, no lo dudo; muchos lo quieren, yo también. Su problema era que no tenía idea sobre cómo lograrlo, y sus empleados tampoco, por lo que se limitó a hacerles la vida algo más pasable a los pobres en su pobreza. No hay nada malo con eso, pero les aseguro que eso es algo muy distinto que sacarlos de su pobreza. Eso corre además el riesgo de empobrecerlos aún más. 
O en palabras de Alí Primera "Porque esa madera no sirve pa' guacal, porque esa madera es dizque puro corazón"... bueno el "dizque" lo añadí yo, por si acaso. 
Y así que no vengan a hablarnos en nombre de los pobres sobre un "Legado de Chávez", a menos que sea en términos de enderezarlo... y bastante. Y una cosa es cierta, ninguno de los empleados de Chávez podrán hacerlo, por cuanto aun cuando tengan menos corazón, no es que sirvan mejor pa' guacal. 
"¿Pero si Chávez nombró a uno de ellos su sucesor?" Pero, bueno, pues: ¿Al tan enfermo, qué más remedio le quedaba? ¿Qué presiones se ejercieron? ¿Estaba suficientemente lúcido? 
Moisés Naím, en un reciente artículo en El País, "Lo bueno lo malo y lo feo", escribe de Chávez: "su capacidad de hacer que los pobres sintieran que tenían a uno de los suyos en el poder no tiene precedentes." En eso tiene razón, pero cuando considera que "La consecuencia más duradera y positiva del mandato de Chávez es que hizo añicos la pacífica coexistencia de Venezuela con la pobreza, las desigualdades y la exclusión social", anda perdido. Hoy, por donde miremos, la coexistencia que se observa, es solo la de una escenografía política de un maloso Potemkin del Siglo XXI. 
¿Por favor, cuál no-pacífica coexistencia con la pobreza, las desigualdades y la exclusión social, puede haber en un país donde se regala más valor a quienes consumen gasolina que a todas las otras misiones sociales juntas? 
¿Por favor, cuál no-pacífica coexistencia con la pobreza, las desigualdades y la exclusión social, puede haber en un país donde se venden dólares baratos a quienes, por ejemplo, quieren y pueden echarse un viajecito al exterior? 
Hoy hay que evitar que el país caiga en manos de un heredero accidental de Chávez, en este caso el encargado de negociarle políticamente los regalos de nuestras resultas petroleras en el exterior. De ese empleado no recordamos haberle oído una idea propia, y lo que si intuimos de él es que seguramente se sabía muy bien el "Sí, mi Comandante". Ya su antesala, desde que por última vez se vio a Chávez hasta hoy, ha sido un insulto a la inteligencia de todos, y en especial una burla de los sentimientos de los más devotos seguidores de Chávez. 
Votaré por Henrique Capriles con entusiasmo, y por más razones que la de si luego no actúa como debe, por lo menos podré hacerle oposición. Por supuesto, habrá que exigirle que no solo una al país alrededor de quejas, sino que además, muchísimo más importante, que busque unirlo alrededor de unas audaces esperanzas para el futuro. 
Venezolanos, como cantaba Alí Primera. "No es tiempo de recular ni de vivir de leyendas." Así como tampoco permitir crear leyendas a quienes las necesitan para explotarlas explotándonos. 
PS. Un artículo en Aporrea, escrito después de la última elección, alguien que obviamente no estaba muy satisfecho con la pulcritud y la eficiencia de los empleados de Chávez, lo titulaba con optimismo: "Chávez vigilará de cerca y con rigor el desempeño de su gobierno" ¿Y ahora quién piensa él que vigilaría? ¿Raúl?
El Universal

La chequera con nuestras resultas petroleras en manos del Estado y del Cacique de Turno, es sin duda la que “desde siempre golpea y golpea, nos golpea"

marzo 07, 2013

¿Qué Fe de Vida pedirle a Venezuela?


Nuestro país, para muchos fines prácticos, está muerto. Para levantar la esperanza de quienes la ruegan viva, y para combatir a los zombies-zamuros quienes solo quieren aprovechar su cadáver, Venezuela debe enviarnos una esperanzadora Fe de Vida. De lo contrario mejor enterrarla, rezando que lo tanto maravilloso que tiene logre florecer, sin malas-hierbas y culebras.
Cada quien es libre de indicar lo que desearía ver en tal Fe de Vida. He aquí algunas de mis esperanzas.
Antes que nada, que refleje haber profundamente comprendido la necesidad de más nunca permitir la acumulación de tanto poder económico en tan pocas manos, como lo que hoy ocurre con nuestras resultas petroleras.
Que en cuanto al petróleo aclare que los sembradores somos los ciudadanos y no los burócratas, y muchísimo menos solo quien ocupa la posición de presidente.
Que cada ciudadano tenga el derecho de recibir una cuota parte de sus resultas petroleras, y el honroso deber de pagar un porcentaje de éstas al fisco nacional, para así aclararle a sus gobernantes, que aquí los ciudadanos son sus jefes.
En materia de planificación económica, que reconozca que nuestro futuro depende de darle oportunidades a los que tienen la voluntad y la capacidad para aprovecharlas, creando valor añadido; esforzándose evitar que éstas caigan en manos de los aprovechadores, que solo consumen parasitariamente el valor que ya existe.
Ruego que indique la voluntad de asegurar que los meritos y los conocimientos reconocidos, no sean aquellos sustentados en destrezas para alabanzas bobaliconas, o en la simple pertenencia a unos círculos de admiración mutua.
Debe brotarle transparencia por todos lados. Por ejemplo, en la Junta Directiva de Pdvsa, deberá existir una sólida representación ciudadana elegida de manera democrática.
Debe restablecer la absoluta fe en la propiedad privada. Como una señal inicial de buena fe, debe aceptar devolver de inmediato a sus propietarios originales, todas aquellas tierras agrícolas que demostrativamente producen menos que antes… para luego, por supuesto, solventar todos los demás reclamos que se presenten.
Debe aclarar que no es por oposición a lo privado que Pdvsa se maneja como algo público, sino por cuanto abrirlo a lo privado, crea una peligrosa trecha por la cual futuros demagogos pueden transitar… y por cuanto en el mundo de hoy, por ejemplo con sus impuestos a la gasolina, la OPEC se hace necesaria, a menos que queramos venderle el petróleo al mundo a precio de costo marginal de extracción, sin asignarle valor adicional alguno.
En materia de justicia social deberá requerir que toda propuesta regulatoria dirigida a mejorar la situación de los pobres, contenga un análisis detallado sobre cuanto tal propuesta, en realidad, puede beneficiar más a los menos necesitados.
Debe establecer la férrea voluntad de asegurar la posesión real de toda nuestra Guayana, con el fin de ponerle un total y absoluto freno a su destrucción ambiental.
Para refundar la fe en la democracia, debe asegurar que el Consejo Supremo Electoral refleje variedad de opiniones y no uniformidad de obediencia, así como descartar las capta-huellas, por el solo hecho de emitir unas señales odiosas.
Debe querer a toda costa recuperar, para todos los venezolanos, las calles que hoy se encuentran en posesión de la delincuencia.
La Fe de Vida que yo quiero, establece el día del Petróleo, para que aprendamos a respetar y agradecer el recurso que la providencia nos ha legado.