octubre 24, 2013

Gestando gobiernos respetuosos

Un gobierno con una chequera repleta con abundantes resultas petroleras, no será jamás un gobierno suficientemente respetuoso del ciudadano, siempre se inclinará a ser un gobierno abusador.
La semana pasada, en "Gestando patria", presenté una propuesta de traspasarle a los ciudadanos las resultas petroleras, para que sean ellos los sembradores. El primer año se comenzaría con un 10%, aumentándolo anualmente en ese mismo porcentaje, hasta llegar al 100%.
Aun cuando el apoyo a la idea fue entusiasta, "¡Pidamos referendo ya!", en mi bandeja electrónica entraron algunas angustias del tipo "¿Y entonces qué pagará mis sueldos como funcionario público? ¿Y los gastos del Estado?". Hoy viene la contrapartida que busca responder esas preguntas.
De la cuota parte de las resultas petroleras que le corresponde a cada ciudadano, propongo que se imponga un impuesto, el primer año del 1.5% y que luego anualmente se incremente en ese mismo porcentaje, hasta llegar al 15%. Ese sólo hecho de que el Estado reciba, de cada uno de los ciudadanos, hasta del más pobre de ellos, un pago de impuestos, ayudará, Dios quiera, a estimular el respeto que debe mostrarles los gobernantes a todos los ciudadanos.
Y tales ingresos del Estado serán distribuidos de acuerdo al situado constitucional.
¿Serán suficientes tales ingresos? ¡Pues tendrán que serlo! Los gobiernos tendrán 10 años para acomodarse a la nueva realidad de que el sembrador no son ellos sino los ciudadanos. De requerir el Estado de otros ingresos, que propongan otros impuestos, por cuanto a nuestras resultas petroleras, el referido 15% será para siempre el máximo... aún en casos de guerra... por si acaso. 
Aprovecho para aclarar que con "resultas petroleras" me refiero a todos esos ingresos líquidos y disponibles de vender, al mejor precio posible el petróleo extraído, después de haber efectuado los apartados necesarios para mantener o incrementar la capacidad de extracción y de refinación básica. 
¿Y quién decide el monto de la disponibilidad? Una "Junta petrolera ciudadana", que propongo tenga cinco miembros, elegidos por los ciudadanos, de una lista de candidatos presentados por las universidades autónomas, la asamblea y los gobernadores.
Y para que los gobiernos no nos jueguen quiquirigüique y se cobren por otras vías del petróleo extraído, o sea de la liquidación para siempre de ese recurso natural no renovable que nos cedió la Providencia, se eliminará y quedarán prohibidos, absolutamente todos los impuestos que graven la actividad de extracción y refinación básica del petróleo.
¿Necesitaremos de una Constituyente para esto? ¡Seguro! ¡Bien se lo merece! Estamos hablando de la declaración de independencia del ciudadano del poder omnipotente del Estado; y lo cual es justamente para lo que se redacta constituciones.
Cuando me referí a entregarle las resultas a los venezolanos hijos de padres venezolanos por nacimiento se me sugirió: "Deberías haber incluido o de padres nacidos en Venezuela y/o de padre o madre nacionalizado y casado con venezolana(o)". Tiene razón, puede que así termine, pero le contesté: "No me quise incluir. Estaría más que feliz con que mi padre, ya fallecido, que Dios lo tenga en su Santa Gloria, sepa que en 1946, no se equivocó al elegir a Venezuela, país que tanto amó, para sus hijos y su descendencia". Y estoy seguro que ese sentimiento lo comparten la gran mayoría de descendientes de inmigrantes.
¡Gestemos patria! ¡Gestemos gobiernos respetuosos!

octubre 17, 2013

Gestando patria

¿Puede haber patria sin compatriotas que se respeten y confíen entre sí? ¡No! En otras palabras, es posible que en toda nuestra historia, Venezuela jamás haya estado tan alejada de ser la patria de alguien como lo está hoy.
"Quítense ustedes aspirantes a caciques de turno, y pongámonos todos a sembrar, cada quien, su cuota de resultas petroleras"... Esa es la única manera de gestar una nación y una patria, en un país con las características de Venezuela con sus valiosos recursos naturales.
¿Cómo lograrlo? Por supuesto tiene que ser de una manera que se sienta realizable, dentro de un plazo que motive la acción. Esa continuamente repetida mantra del "primero necesitamos de tres generaciones de educación", no solo suena demasiado a maestros solicitando enchufes, sino además paraliza. Todos sabemos, intuitivamente, que para sembrar bien las resultas petroleras, no hay otra manera que la de aprender haciendo.
Y les apuesto, 100 a 1, que los ciudadanos venezolanos aprenderían muchísimo más rápido darle un buen uso a sus propias resultas petroleras, que los caciques a las resultas petroleras de todos los venezolanos. ¡Páguenme! Ya tenemos suficientes evidencias de que gané tal apuesta. Basta con la gasolina regalada, y los dólares dizque regalados.
Hoy les ofrezco una plataforma para gestar nuestra patria... con la esperanza de que algunos jóvenes la hagan suya y la mejoren.
El 31 de julio de 2014, a los 100 años de iniciarse la extracción comercial en Venezuela con el pozo Zumaque I, decretaremos lo que increíblemente no se ha decretado antes, en este país tan vergonzosamente malagradecido de los recursos que la providencia depositó en sus entrañas... El Día del Petróleo.
Y ese mismo día anunciamos que, en el lapso de un año, estaremos técnicamente en capacidad de operar un sistema mediante el cual podamos depositarle, el primer minuto de cada mes, a cada ciudadano venezolano, hijo de padres venezolanos por nacimiento, su cuota parte de sus resultas petroleras.
Y el 31 de julio de 2015, comenzaremos activamente a gestar patria y nación, depositando el 10 por ciento de las resultas en las cuentas de los sembradores, incrementando ese porcentaje en un 10 por ciento cada año, hasta llegar a repartir el 100 por ciento, el 31 de julio de 2025.
Y el 31 de julio de 2025, celebraríamos entonces solemnes Misas de Acción de Gracias, por haberse liberado el país de la principal fuente de corrupción material y espiritual, la excesiva concentración de recursos y poderes no sudados en el Estado y sus caciques.
Ese día habremos logrado que una patria y una nación, sustituyan lo que actualmente solo es un negocio de otros... de esos quienes solo se sirven del servicio público, o de esos quienes se sirven de manera privada del petróleo.
Esas resultas petroleras repartidas de tal manera, aceitarán los motores económicos del país, en lugar de, como hoy, enchumbarlos.
¡No más (su)misiones! ¡Gestemos patria! El petróleo, ni de un Estado ni de algunos pocos... de todos. 
PS. No soy hijo de padres venezolanos por nacimiento... ¡pero mis hijas sí!

octubre 03, 2013

No maduró

No sé cómo se desempeñaría Nicolás Maduro manejando un autobús sin frenos por la bajada de Tazón. De repente podría salvar unos angustiados pasajeros. Pero, para la tarea de manejar una Venezuela en caída libre, no está calificado. Eso de chillar y echarle la culpa por todo a una derecha que brilla por su ausencia, es expresión de inmadurez.
Si bien la mitad de los venezolanos llevan años preocupados y disgustados con el rumbo del país, hace poco la otra mitad por lo menos se levantaba algo confiada. Hoy la desesperación y la falta de confianza se regó por completo, y hasta parecería que algunos de la máxima dirigencia oficialista encuentran un morboso placer en que así sea.
En la semana fui a la presentación de "Cuentos desde la frontera del desarrollo", editado por el Banco Mundial. El libro versa sobre como China y otros países han logrado, con manufactura ligera, crear fuentes de trabajo y prosperidad.
Lo que el libro dice de China no incluye todo lo que habría que decir de la China, y mucho menos aún, como así también lo admiten los autores, resulta todo lo descrito aplicable a otros países.
Lo que sí me llamó la atención es cuando indica que (pag.462) "China, aún cuando es gobernada por un partido comunista, consistentemente sale catalogada entre los países con más alta puntuación en confianza generalizada". Y eso se dice que contrasta con la gran desconfianza que por ejemplo existía en los países comunistas de la vieja Unión Soviética; la cual atentaba contra todas las iniciativas empresariales privadas.
En China, a finales de los 70, cuando se iniciaron las reformas, igual existían muchas sospechas, dudas y desprecios entre el sector público y el privado. Hoy, y aún cuando las fronteras entre los dos sectores siguen bastante confusas, ambos sectores cooperan y reman en el mismo sentido. Según el libro eso se debe a que los incentivos de la burocracia y dirigencia comunista, se encuentran alineados con los deseos del sector privado de obtener ganancias.
¿Cómo se logró aquello? 1: Las carreras, los sueldos y el futuro de las autoridades locales todo dependen del éxito de la economía local. En China no hay ingresos petroleros que tapen errores. 2: Una reforma fiscal en 1994, y un sistema para evaluar el rendimiento político basado en el crecimiento del PIB, les dio a las autoridades locales inmensos incentivos para promover las industrias locales.
Contraste aquello con una Venezuela en donde el actual avance político con frecuencia pareciera ser más bien una función del destruir el PIB. ¿Adónde hubiese llegado en la China la actual dirigencia oficialista sobre la base del aumento del PIB no petrolero? ¡Ni a chofer de autobús! Más bien estarían presos, por sabotear los frenos del autobús.
¿Cómo traducir el éxito de la China a la Venezuela actual? Sencillo. Transfiriéndole las resultas petroleras directamente a los ciudadanos. Eso enviaría dos mensajes:
Ciudadanos: El primer minuto de cada mes reciben su cuota parte del petróleo, así que ahora defiéndanse por su propia cuenta... ya que no hay más de ese mango bajito.
Autoridades: Dependen ustedes de lo que los ciudadanos puedan y estén dispuestos a pagarles en impuestos, así que... ¡a fajarse cooperando!
PS. Al mencionar una "derecha que brilla por su ausencia", me refiero antes que nada al hecho de que en un país, donde más del 97 por ciento de las exportaciones son controladas por un cacique de turno y sus secuaces, poco importa si su cacique o secuaces sean de derecha o de izquierda.